A partir de marzo de 2024, los fondos que inviertan en empresas que exploten carbón o hidrocarburos no convencionales o que lancen nuevos proyectos relacionados con los hidrocarburos ya no podrán optar a la etiqueta de “Inversión Socialmente Responsable” (ISR), anunció el martes el ministro de Economía, Bruno Le Maire. .
“Debemos ofrecer una etiqueta sencilla y eficaz que permita a los franceses dar sentido a sus ahorros. Esto es lo que hacemos con este nuevo sello ISR, en el que la lucha contra el calentamiento global se vuelve esencial”, declaró Bruno Le Maire en un comunicado. «Permitiremos así a los ahorradores tener en cuenta la transición ecológica y a las empresas financiar su descarbonización más fácilmente», añadió. La etiqueta ISR, principal referencia en Francia para identificar fondos sostenibles, creada en 2016, se concede actualmente a 1.174 fondos con un patrimonio total de 773 mil millones de euros. El comité que gestiona esta etiqueta estudia nuevas normas desde hace más de dos años, tras las acusaciones de «inevitable pérdida de credibilidad y relevancia» de esta etiqueta formuladas en un informe de la Inspección General de Finanzas. Propuso en julio excluir a las empresas que desarrollan nuevos proyectos de combustibles fósiles no convencionales, es decir más difíciles de explotar, como el gas de esquisto, el petróleo de arenas bituminosas, la explotación en el Ártico…
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El Ministro de Economía fue más allá el martes al anunciar la exclusión también de cualquier nuevo proyecto de exploración, explotación o refino vinculado a los hidrocarburos, incluidos los convencionales (petróleo, gas). Los nuevos criterios de elegibilidad se publicarán a finales de noviembre y entrarán en vigor el 1 de marzo de 2024, según el comunicado de prensa de Bercy. A finales de octubre, ONG y especialistas en clima pidieron que se endureciera la etiqueta ISR excluyendo a las compañías petroleras, para mantener su credibilidad. La nueva versión “es un gran paso adelante para esta etiqueta en busca de credibilidad y una señal clara y bienvenida enviada antes de la COP28 sobre la urgencia de deshacerse de la financiación procedente de los combustibles fósiles”, estima Antoine Laurent, responsable de incidencia en Francia de la ONG ReclaimFinance.