La controversia creció tan rápido como una ola frente a las costas de Tahití. Y para no llevarse una decepción, Anne Hidalgo se vio obligada a dar explicaciones este martes sobre su viaje de tres semanas al Pacífico Sur. “Desde hace varios días, este viaje atrae una atención especial. Los parisinos tienen derecho a recibir información fiable, objetiva y transparente al respecto”, se lee en un comunicado del Ayuntamiento enviado el lunes por la tarde a la prensa.
Rebobinar. El 15 de octubre, la alcaldesa de París, dos de sus adjuntos y tres colegas volaron a Nueva Caledonia. Anne Hidalgo se reúne allí con las distintas autoridades de Caillou, en particular con la alcaldesa de Nouméa, Sonia Lagarde. También asistió a un acto de homenaje en Isla de Pinos en el cementerio de los Comuneros. El lugar está financiado en parte por el capital. “París aporta su contribución para que se pueda mantener adecuadamente”, explica in situ.
Luego, el pequeño grupo toma el avión para llegar a Papeete, en la Polinesia Francesa. Oficialmente, el alcalde de París visitará, el 21 de octubre, las infraestructuras que acogerán los eventos de surf. Problema: Anne Hidalgo finalmente tuvo que abandonar este viaje “debido a las tensiones locales relacionadas con la construcción de una torre de jueces”, especifica el Ayuntamiento. En el lugar, crecen las protestas contra la instalación de una torre de jueces de aluminio para las pruebas de surf, que sería perjudicial para la laguna. La visita, por tanto, se retrasa un día… Sin embargo, Anne Hidalgo no irá allí al día siguiente y está representada por su adjunto, Pierre Rabadan, responsable de los deportes y de los Juegos Olímpicos.
De hecho, el alcalde de París ya abandonó Tahití para llegar a la isla de Raiatea. Allí conoce a su hija, que acaba de mudarse allí para pasar unas vacaciones “privadas” de dos semanas. ¿Por qué no escalonar tus días libres? “Podría haberlo hecho, pero tuvo que cambiar su billete”, dice Pierre Rabadan en una larga entrevista actualizada el domingo con Le Parisien. Y sobre todo, ¿quién financió este viaje mitad público, mitad privado? “La alcaldesa de París amplió su viaje oficial con tiempo privado enteramente a su cargo. Anne Hidalgo regresó el domingo 5 de noviembre y financió su boleto. Los billetes de regreso del resto de la delegación corrieron a cargo de la ciudad de París”, explica el comunicado. El Ayuntamiento precisa que el alcalde, «anticipándose», se ha puesto en contacto con la comisión de ética «para que emita un dictamen sobre este viaje», asegurando que «este dictamen será público».
¿Suficiente para poner fin a la polémica? El viernes pasado, el grupo de oposición de derecha Changer Paris recordó que Anne Hidalgo “nunca visitó el recinto olímpico”: “Su viaje a Tahití pagado por la ciudad de París ya no tiene ninguna justificación. Se trata de un viaje personal que los parisinos no tienen que pagar. Anne Hidalgo debe rendir cuentas”. El tema se abordará sin duda en el próximo Consejo de París que se celebrará del 14 al 17 de noviembre.