El centro de acogida de inmigrantes de Saint-Brévin-les-Pins (Loira Atlántico), que se trasladará en noviembre, suscita la hostilidad de «pequeños grupos de extrema derecha», pero es un «no tema» para la mayoría de los locales, estima La alcaldesa Dorothée Pacaud, que vive bajo protección policial, a la AFP.

La ciudad, una de las primeras que acogió un centro de acogida para solicitantes de asilo (Cada) durante el desmantelamiento de la “jungla” de Calais en 2016, resurgió tras el anuncio de esta medida, también en Saint-Brévin, una oposición como antiguo como centro entre detractores y partidarios.

El ex alcalde Yannick Morez (DVD), objeto de amenazas y cuyo coche fue incendiado en su casa, dimitió en mayo. Dorothée Pacaud (sin etiqueta), su primera asistente, le sucedió en junio.

Cuando los periodistas preguntan a Dorothée Pacaud si defiende la existencia de este Cada, buscado por el Estado, ella responde afirmativamente. “En el 2016 (…) se instalaron y todo salió muy bien. Este verano, la gente que se quedó aquí trabajó en restaurantes locales. Muchas empresas lo preguntan.

Según el alcalde, para la mayoría de los residentes “no es un problema”. “Un pequeño grupo de vecinos del lugar denuncia la proximidad del nuevo centro a un colegio. ¿Por qué, de hecho, esto saldría mal? Los oponentes proyectan fantasías. Para algunos, ser violador sería una cuestión de color de piel y origen. ¡Pero es serio! Pero eso es lo que escuchamos”, dice.

Dorothée Pacaud afirma haber recibido cartas insultantes y un correo electrónico con amenazas de muerte explícitas, “una llamada anónima del tipo de amenaza de bomba, dirigida al ayuntamiento y a mi casa. En total presenté ocho denuncias. Llevo varios meses bajo protección policial”, explica.

Indica que pidió a la prefectura que comunicara “qué es un Cada y de dónde viene esta gente”. “Desde hace varios meses vemos llegar pequeños grupos de extrema derecha, jóvenes todos vestidos de negro y encapuchados. No es en absoluto un público con el que nos encontramos habitualmente”, añade el alcalde de Saint-Brévin-les-Pins, recordando que “el derecho de asilo es un derecho constitucional”.