Armenia anunció el jueves 2 de noviembre la detención de cinco personas acusadas de planificar bombardeos y ataques contra civiles y edificios gubernamentales en este país caucásico, afectado por tensiones desde la pérdida de Nagorno-Karabaj. Los servicios de seguridad armenios afirmaron haber frustrado “los preparativos para un ataque terrorista (…) planeado con el objetivo de obstruir el funcionamiento de los órganos gubernamentales”.
Este ataque incluyó «un atentado con bomba», «otros actos socialmente peligrosos» y «la toma de edificios gubernamentales», según la misma fuente, que añadió que se habían incautado de armas y municiones en las casas de los sospechosos.
Los servicios de seguridad armenios identificaron a los sospechosos sólo por sus iniciales y no mencionaron los posibles motivos del ataque. Las tensiones políticas han sido altas en Armenia desde la victoria de Azerbaiyán tras una ofensiva militar relámpago en septiembre contra los separatistas armenios de Nagorno-Karabaj, a quienes el gobierno de Ereván se negó a ayudar para no verse arrastrados a una nueva guerra contra Bakú.
Los partidos de oposición armenio han organizado protestas antigubernamentales exigiendo la dimisión del primer ministro Nikol Pashinian, a quien ya culpan de una anterior derrota militar a manos de Azerbaiyán en 2020. La mayoría de la población de Karabaj, más de 100.000 personas, huyó del enclave hacia Armenia, provocando una ola de refugiados.