Al anotar 16 puntos en la pequeña final ganada contra Argentina, el apertura inglés Owen Farrell se situó entre los mejores anotadores de este Mundial con 75 puntos, una unidad muy pequeña frente a la zaga de los Blues, Thomas Ramos ( 74). En 2015, el jugador sarraceno ya había sumado 43 puntos y, hace cuatro años en Japón, acabó en el segundo puesto de este ranking (58 puntos) por detrás del sudafricano Handré Pollard (69). Durante este Mundial, el capitán del XV de la Rose entró en los anales del rugby inglés al borrar de las estanterías el récord establecido por Jonny Wilkinson de convertirse en el mejor director de la historia del XV de la Rose (ahora 1.237 puntos contra 1.179 ).

No significó nada. A este descuido de su apertura Richie Mo’unga, quien se le olvidó para anotar en un córner ante los Pumas argentinos. Sin esto, Will Jordan podría haberse convertido en el mejor anotador de try en una edición de la Copa del Mundo. En la final, guardó silencio ante los Springboks. Por tanto, su contador se quedó estancado en ocho intentos. El extremo de los All Blacks no logró superar a sus compatriotas Jonah Lomu (1999) y Julian Savea (2015), ni a Bryan Habana (2007), el ex flecha sudafricano. ¿Nos vemos dentro de cuatro años, en Australia, para Will Jordan?

Por siempre el primero. Sudáfrica ganó el sábado su cuarto título mundial. Sabiendo que los Boks sólo pudieron participar en los Juegos Mundiales a partir de 1995 (después del fin del apartheid), ganaron cuatro coronas en ocho ediciones. Uno de cada dos. También consiguieron revalidar su título, algo que sólo los All Blacks consiguieron en 2011 y 2015. Cabe señalar también que los sudafricanos ganaron la mitad de sus títulos en el Stade de France (2007 y 2023). Como en casa.

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Seguramente los Springboks ganaron en la final a los All Blacks. Pero, por primera vez en cuatro finales, concedieron un try, algo que nunca les había sucedido en 1995, 2007 y 2019. En el minuto 59 del partido, Beauden Barrett, al final de la línea, encontró el defecto. en la defensa sudafricana, tras un magnífico pase en salto de Jordie Barrett y un pequeño festival de Mark Telea. Insuficiente para forzar el destino de su equipo… Cabe señalar, además, que Beauden Barrett, elegido mejor jugador del mundo en 2016 y 2017, se convirtió en el primer jugador en anotar en dos finales de la Copa del Mundo, después de anotar un try al final de el partido contra los Wallabies en 2015.

Al inicio de esta final All Blacks-Springboks, había 10 sudafricanos alineados para el inicio de la final de 2019 contra Inglaterra. Al final, diecinueve boks presentes en el grupo se convirtieron en doble campeones del mundo, tras derrotar a Nueva Zelanda. Una muestra de la enorme experiencia dentro del equipo formado por Jacques Nienaber y Rassie Erasmus, entrenador y director de rugby de los Boks, respectivamente.

El valiente capitán de los All Blacks, Sam Cane, permanecerá, lamentablemente, en los anales de la Copa del Mundo. El ala neozelandés se convirtió en el primer jugador en recibir una tarjeta roja en una final. Para un choque contra la cabeza del central sudafricano Jesse Kriel, de tres cuartos, desde el minuto 26. “Me dejé atrapar. Sé que la cabeza es un área fuertemente vigilada. Tendré que vivir con esto para siempre”, confió, derrotado, en la rueda de prensa posterior al partido. Una decisión dura, sobre todo porque Eben Etzebeth podría haber recibido la misma sanción por un gesto similar…

Este es sin duda el gran fracaso de este Mundial. Por primera vez en su historia, Australia, nación histórica de este deporte sagrado en 1991 y 1999, no superó la fase de grupos. Llegando a Francia en pleno declive y sin resultados, los Wallabies – ciertamente rejuvenecidos – no pudieron invertir la tendencia. Al igual que Eddie Jones, llamado al rescate, que no pudo volver a poner la marcha adelante. Y el ex entrenador de Japón e Inglaterra presentó su dimisión el domingo, argumentando que no tenía los medios para hacer competitivo a este equipo en cuatro años. Todo debe reconstruirse para Australia, que será la sede del próximo Mundial en 2027. Recientemente, el Mundial se mostró preocupado por esta mala situación para el próximo país anfitrión. Esto no debería ayudar al rugby a abrirse paso en el continente insular donde reinan el “footy” (o las llamadas reglas australianas) y el rugby.

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Este décimo Mundial habrá sido un éxito popular para Francia 2023. Con estadios llenos, incluso para los carteles menos prestigiosos. Los organizadores revelaron que se vendieron 2,5 millones de entradas para este segundo Mundial organizado en Francia después del de 2007. Las cifras (ya muy buenas) de la edición anterior en Japón mejoraron un 6%. Un verdadero éxito. Los organizadores también revelaron que cerca de 600.000 visitantes extranjeros llegaron a Francia. Por beneficios económicos directos que se estimaron en 2 mil millones de euros. Y podemos lamentar que Irlanda no haya avanzado más en la competición, si recordamos las mareas verdes que azotaron París durante los partidos contra Sudáfrica, en el grupo, y los All Blacks, en cuartos de final.

Entre los récords caídos durante este Mundial, está el de… mayor número de cervezas consumidas. Según el Midi Olympique, durante el partido entre irlandeses y escoceses del 7 de octubre se bebieron cerca de 137.000 pintas. En comparación, durante los partidos del Torneo de las Seis Naciones en Saint-Denis se venden una media de 80.000 pintas. En el recinto dionisiano, el récord hasta entonces no lo disfrutaban los aficionados al rugby, sino los fans del rock grande y fuerte: de hecho, durante un concierto de Metallica se vendieron 90.000 pintas. ¡Sí!