El Losc (55 puntos) aprovechó esta victoria a primera hora de la tarde para hacerse con la tercera plaza, clasificándose directamente para la C1, en Brest (53 puntos), y presionar al club finisterre, que disputa un derbi bretón en Rennes (17:05 horas). En el otro extremo de la clasificación, esta victoria del Lille vuelve a poner en aprietos al Metz (29 puntos): después de dos victorias consecutivas llenas de esperanza, los Grenats están de nuevo en la zona de descenso, en el decimosexto puesto, sinónimo de play-off, debido a el empate obtenido por Le Havre en París (3-3) el sábado.
Ahora parece escrito que estos dos clubes lucharán hasta el final por sus muy distintas ambiciones. A falta de tres jornadas para finalizar la temporada, los Mastiffs han dado un paso más hacia lo suyo, la prestigiosa y lucrativa Liga de Campeones. Eso es lo principal, porque el contenido del partido no fue muy bueno. Los Mastines al menos supieron morder cuando tuvieron oportunidades y se mostraron sólidos en defensa, a pesar de un error inicial de Nabil Bentaleb, que normalmente iba serio.
El centrocampista cometió una mano en su propia área, lo que permitió a Georges Mikautadze marcar su undécimo gol de la temporada – y el sexto en los últimos cuatro partidos – con un penalti muy bien ejecutado (23º). Pero el que se puso su traje de héroe en las últimas semanas en la operación de mantenimiento del club del Mosela no fue suficiente esta vez.
El Lille supo picar cuando era necesario. Primero de Ismaily, autor de un muy buen partido y en esta ocasión de una subida a la superficie recompensada con un gol, gracias a un pase dado con el ritmo adecuado por Jonathan David (31). El canadiense estuvo bien en sus lanzamientos durante todo el partido, sin poder anotar. Muy bien construido, a este primer gol le siguió un segundo mucho más feliz marcado por Yusuf Yazici, en el lugar adecuado y en el momento adecuado para recuperar un balón que estaba tirado en el punto de penalti tras un tiro libre (44º).
Eso fue prácticamente todo en el primer tiempo, salvo un gol de Messin Kévin van den Kerkhof (26.º) y un bonito triple entre Yazici, David y Edon Zhegrova (30.º). El segundo periodo no resultó más emocionante en un partido sin mucha intensidad.
El Metz no logró rebelarse y sólo empató al final del partido (90.º 1), antes de que su gol fuera rechazado por posición de fuera de juego, lo que provocó la ira del jefe Horda Frenetik, que luego lanzó proyectiles sobre el césped. Además de la buena operación contable del Lille en este partido que parecía una trampa, el técnico Paulo Fonseca sin duda habrá apreciado la buena comprensión técnica en la banda izquierda entre Rémy Cabella, Ismaily, Jonathan David y Yusuf Yazici, que a menudo salen descolgados.
Por otro lado, el extremo derecho Edon Zhegrova, que había perdido su puesto titular en los últimos partidos, no tuvo tanto impacto como en la primera mitad de la temporada, persistiendo a menudo en un esfuerzo en solitario. Pero Fonseca recordará especialmente la victoria, preciosa y con un dulce aroma europeo.