A sus 44 años, Wayne Barnes por fin arbitrará una final de un Mundial. Una elección lógica ya que el inglés es un referente del rugby mundial. Lo cual no lo protege de las críticas. En el pasado, tuvo que afrontar dos episodios violentos, llegando incluso a recibir amenazas de muerte por parte de seguidores neozelandeses y sudafricanos.

El primer estallido se remonta a… 2007. Convertido en el árbitro internacional más joven en 2005, con sólo 25 años, Wayne Barnes fue designado para arbitrar los cuartos de final del Mundial de 2007 entre Francia y Nueva Zelanda, en Cardiff. Triunfo de los Blues que se clasifican 20 a 18. Pero los All Blacks y su afición le critican por haber concedido el try de la victoria a Yannick Jauzion tras un penúltimo pase de Frédéric Michalak y por haber sancionado con tarjeta amarilla a Luke McAlister.

Los días siguientes, su página de Wikipedia anunció su muerte y el inglés recibió numerosas amenazas físicas. Presionando al IRB (antiguo nombre de World Rugby) para que asigne guardaespaldas para su protección. En su biografía publicada en 2012, el ex entrenador de los All Blacks, Graham Henry, llegó incluso a plantear la hipótesis de una conspiración contra su equipo. Como consecuencia directa, Wayne Barnes ya no arbitrará a Nueva Zelanda hasta… ¡2015!

Para los sudafricanos, el tema de las recriminaciones es más reciente, ya que se trata del test match ganado por los blues en Marsella en noviembre de 2022 (30-26). Al final de este encuentro físico y duro, marcado por las expulsiones del Springbok Pieter-Steph du Toit y luego del capitán del XV de Francia Antoine Dupont, Rassie Erasmus, el director del rugby sudafricano había señalado todos los errores cometidos. , según él, de Wayne Barnes.

Partes del video publicado en redes sociales que tuvieron un impacto deplorable. Usuarios de Internet de bajo nivel habían acosado cibernéticamente a Wayne Barnes y a sus allegados, multiplicando una vez más las amenazas de muerte. Su pareja había sido amenazada con agresión sexual. Si World Rugby hubiera suspendido a Rassie Erasmus (dos partidos), este estallido de odio había conmocionado profunda y legítimamente a Wayne Barnes.

En el famoso podcast inglés “The Good, The Bad and The Rugby”, confesó que había pensado seriamente en colgar. “Ni siquiera se ha cruzado una línea roja, ha ido tan lejos que ya ni siquiera podemos ver la línea. Hago sacrificios pero es un sacrificio familiar. Me dije a mí mismo que tenía otro trabajo. Soy socio de una firma de abogados y deseo que regrese y trabaje a tiempo completo…”

Durante este Mundial, Barnes ya dirigió dos partidos de los All Blacks: contra Uruguay en la primera ronda (73-0) y en cuartos de final contra Irlanda (28-24). Sin la más mínima polémica. Por otro lado, regresará a los Springboks por primera vez desde los deplorables atentados de noviembre de 2022.