Le Figaro Niza

Menos, pero todavía demasiado: los accidentes en el mar Mediterráneo se mantuvieron en un nivel «muy alto» el verano pasado, anunció el martes el Centro Regional de Vigilancia Operativa y Salvamento del Mediterráneo (Cross Med). Entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre, 33 personas murieron (-5%), tres de ellas por enfermedad o accidente, trece nadando y seis buceando, con o sin botella. En total, otras 223 personas resultaron heridas (-15%).

Durante esta prolongada temporada de verano, “Cross Med coordinó 3.026 operaciones en el mar”, frente a 3.258 en el mismo período de 2022, es decir, una caída del 7,1% en las intervenciones, principalmente causadas por daños, indicó Amaury de Guillebon, subdirector de Cross Med, durante una rueda de prensa. “El preocupante aumento de los accidentes registrados [desde 2019] parece haberse detenido. Sin embargo, seguimos en un altiplano”, estimó el prefecto marítimo, el vicealmirante Gilles Boidevezi.

Tras la pandemia y los confinamientos, muchas personas se precipitaron a la costa para aprovechar la libertad recuperada y experimentar nuevas actividades de ocio “democratizadas”, pero muchas veces sin experiencia ni preparación adecuada. Una moda que también ha provocado un aumento de actividades no declaradas y menos seguras (por ejemplo, alquiler de scooters acuáticos sin chaleco), explican los responsables de Cross Med. Este último deploró los comportamientos «irresponsables», causa frecuente de accidentes.

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“Mucha gente disfruta de los deportes acuáticos, lo cual es bueno. Sin embargo, se hacen a la mar sin haber consultado las previsiones meteorológicas, sin conocer las normas, en estado de ebriedad o incluso después de haber consumido drogas”, explicó Gilles Boidevezi. Sin embargo, “el mar es una escuela de responsabilidad y humildad”, subrayó.

El prefecto marítimo destacó en particular “el aumento un tanto preocupante” de los accidentes de buceo: 149 en total, de los cuales 122 accidentes de buceo (10%). «Vemos a personas mayores de 50 años, poco deportistas, que se lanzan a inmersiones complejas a 30 metros de profundidad», afirmó, pidiendo a los clubes de buceo que estén más «vigilantes».

El vicealmirante, que está «en proceso de firmar una orden para prohibir las motos acuáticas en las zonas marinas protegidas», pidió «una reflexión sobre una evolución de la licencia de embarcación» y, más ampliamente, de la normativa. «Necesitamos avanzar hacia una mayor organización en las masas de agua» y un mejor reparto del espacio «entre nadadores y navegantes», entre buceadores y barcos, afirmó, añadiendo que se discutirá con las administraciones centrales.