El domingo 22 de octubre tuvo lugar en Liévin (Paso de Calais) una marcha blanca en homenaje a Lindsay, una niña de 13 años víctima de acoso escolar que se suicidó en mayo, pidiendo a la gente que escuche mejor a las víctimas. .y sancionar a los perpetradores. Al grito de «basta de bullying», «hablamos de bullying» o «eduquemos a nuestros hijos», unas 200 personas marcharon hacia el cementerio donde está enterrado el adolescente.

Guardaron un minuto de silencio y lanzaron globos, por Lindsay y todos los niños y adolescentes que fueron acosados. Presente en la marcha, el director académico del Servicio Nacional de Educación de Paso de Calais, Jean-Roger Ribaud, no habló. «Hoy realmente hace falta una ley y sanciones reales que puedan cambiar las cosas», subrayó la madre de Lindsay, Betty Gervois, al tiempo que estimó que el expediente está «avanzando» ante el ministro de Justicia y Educación, Gabriel Attal.

Dijo que recibe todos los días mensajes de otros niños o adolescentes acosados, a través de la dirección de la asociación “Les Wings de Lindsay”. «Hay un nuevo aliento procedente de la política, pero que aún no ha llegado de las instituciones, lo que lamentamos, ya que no todas aplican todavía el programa PHARE» (para la prevención del acoso y el ciberacoso), afirmó el presidente de la asociación de Los enfermos de la escuela, Michel Bucamp.

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Tras la muerte de Lindsay, el gobierno prometió recursos adicionales para combatir el acoso. A finales de septiembre presentó un plan que prevé, en particular, cursos de empatía a partir de 2024, una formación reforzada para las fuerzas del orden y los magistrados, la confiscación de teléfonos móviles para los autores de ciberacoso grave y la posibilidad de excluir a los estudiantes acosadores en las redes sociales.

En el caso de Lindsay, cuatro menores fueron acusados ​​de «acoso escolar con resultado de suicidio». Una persona adulta fue imputada por “amenazas de muerte”. El Ministerio de Educación Nacional también abrió una investigación administrativa. La familia, que afirmó no haber recibido “ningún apoyo” durante el acoso de Lindsay, presentó una denuncia contra el establecimiento, el rectorado, la policía y también contra Facebook. El rectorado presentó una denuncia por insultos y amenazas contra el personal del colegio Lindsay.