Ante la amenaza terrorista, el gobierno está fortaleciendo su sistema. De camino a la Gare du Nord de París este miércoles por la mañana, el ministro de Transportes anunció una serie de medidas “en el marco del refuerzo de la seguridad en el transporte público”. Una decisión tomada pocos días después del asesinato de un profesor en un instituto de Arras por un individuo radicalizado, y mientras el plan Vigipirate se llevaba al más alto nivel.

En la estación de París, el miembro del Gobierno indicó en particular que el personal de seguridad de la SNCF se reforzará en algo menos del 20%, pasando de 2.800 a 3.300 personas. Un cambio que estará operativo en el verano de 2024. Otros operadores de transporte, como la RATP o los aeropuertos, también se ven afectados, añadió. Asimismo, las “brigadas de perros” encargadas de detectar riesgos o defenderse se reforzarán en un 50% en la SNCF durante este período. El ejecutivo también quiere movilizar más patrullas de agentes y aumentar el número de mensajes de alerta, para hacerlos «más visibles y más frecuentes en estaciones y aeropuertos».

Si bien las amenazas de bomba han aumentado en las últimas semanas, el gobierno también quiere actuar de forma más rápida y sistemática en caso de equipaje abandonado. Una forma, también, de limitar las dificultades provocadas por las falsas alarmas, que desestabilizan las infraestructuras. Finalmente, los agentes deben estar capacitados en “riesgos de seguridad”.

Todas estas medidas tienen como objetivo tranquilizar a los pasajeros, por un lado, y disuadir a los infractores, por otro, afirmó Clément Beaune. Anuncios que llegan al día siguiente de una reunión con los operadores de transporte, entre ellos la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), la SNCF, los Aeropuertos de París (ADP) o la Movilidad de Île-de-France (IDFM). Además, varios aeropuertos franceses, entre ellos Lille, Lyon, Toulouse y Beauvais, fueron evacuados este miércoles por la mañana, debido a «amenazas de ataque» recibidas por correo electrónico. Unos días antes, otras infraestructuras, como el Palacio de Versalles o el Museo del Louvre, también se habían visto afectadas por amenazas de bomba, lo que provocó su evacuación.