Superada en número, equipamiento y municiones por Rusia, Ucrania siempre ha sido más ingeniosa en su forma de abordar el conflicto. Drones caseros, algunos de cartón, lanzacohetes de madera para atraer al enemigo, tanques inflables… El país a veces tiene que innovar si quiere competir. Esto es lo que aparentemente volvió a hacer durante el mes de abril, al lanzar ataques en territorio ruso utilizando… globos inflables cargados de explosivos. El 20 de abril, el Ministerio de Defensa ruso anunció que había frustrado “un ataque terrorista con dos globos” sobre las regiones de Moscú y Tula.
Según el ministerio, cinco dispositivos similares también fueron destruidos el 18 de abril. En marzo, la agencia de noticias rusa Mash informó del descubrimiento, en un bosque ruso cerca de la frontera, de un globo meteorológico ucraniano reconvertido “que transportaba un kilo de TNT”. Al menos otro avión fue destruido en la región de Kursk. En un discurso el martes, el Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que 37 globos ucranianos habían sido derribados desde el inicio de la guerra.
Según la agencia de prensa rusa, los dispositivos estaban diseñados para sembrar miedo entre la población. “Deben sobrevolar ciudades y lanzar bombas utilizando señales de GPS”, supone el medio, indicando que cada vez se envían más globos de este tipo. En febrero de 2023, la propia Rusia utilizó globos que envió sobre Kiev. Pero, en cambio, se utilizaron para recopilar información de inteligencia sobre las posiciones de las baterías antiaéreas ucranianas. En aquel momento, un portavoz del ejército de Kiev afirmó en la televisión nacional que se trataba de “métodos que se han utilizado durante mucho tiempo y que están en gran medida obsoletos”. «El enemigo sólo quiere presionarnos para que desperdiciemos nuestros misiles de defensa aérea», dijo. Sin embargo, parece que Kiev ha decidido adoptar la misma estrategia.
En realidad, no sabemos mucho sobre estas máquinas. El ejército ucraniano aún no se ha comunicado al respecto. Pero en los últimos días se han difundido en las redes sociales numerosas imágenes de globos varados o en vuelo, y de sus componentes. Muestran, en particular, un gran tubo cilíndrico negro, que constituye el globo, un módulo Bluetooth, un conector GPS, baterías, un transistor y un regulador de voltaje. Pero también, lo que es más sorprendente, una botella de refresco vacía. Según un experto entrevistado por el blog especializado The War Zone, podría ser un lastre para controlar la altitud. Un contenedor similar fue descubierto en globos rusos derribados sobre Kiev.
Considerando los elementos utilizados, el desarrollo de estas máquinas requiere una inversión irrisoria. El lienzo en sí, que se asemeja a una gran bolsa de basura, se puede encontrar por tan solo 20 dólares en Amazon, dice The War Zone. Podría ser un globo solar, que utiliza la temperatura de la estrella para elevarse y flotar. O un globo de helio. La gran desventaja de este tipo de máquinas radica en que quedan a merced del viento al no ser dirigibles. Por tanto, su precisión es indudablemente baja, a pesar de que el módulo GPS permite coordinar el lanzamiento de explosivos. Según el experto entrevistado por The War Zone, podría transportar una carga útil de entre 1 y 10 kilos, potencialmente más que algunos drones de fabricación casera ucranianos.
El uso de globos, ya sean asesinos o espías, no es nuevo. La guerra siempre ha favorecido este tipo de dispositivos sigilosos y de bajo coste. En la historia moderna, Japón utilizó masivamente globos explosivos a partir de abril de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. En represalia por el ataque de Doolittel, el primer bombardeo estadounidense sobre territorio japonés durante la Guerra del Pacífico, el país del Sol Naciente lanzó nada menos que 9.000 globos equipados con bombas antipersonales e incendiarias hacia Estados Unidos en cinco meses. Sólo un millar de ellos llegaron al territorio, causando sólo daños menores.
Al mismo tiempo, una maniobra similar -pero a una escala mucho mayor- por parte de Gran Bretaña había tenido mayor éxito. Entre marzo de 1942 y septiembre de 1944, los británicos enviaron casi 100.000 globos bomba, incluidos 53.000 con bombas incendiarias, a Alemania y sus aliados. Estos dispositivos destruyeron en particular una central eléctrica, dejando una gran zona sin electricidad, y provocaron grandes incendios, lo que obligó a las fuerzas alemanas a movilizar valiosos recursos. La Luftwaffe, por ejemplo, movilizó 250 aviones de combate para derribar estos globos.
Si bien es poco probable que este tipo de armas caseras causen daños importantes a Rusia durante la guerra en Ucrania, es una nueva cuerda en el arco de Kiev para desbaratar al enemigo en su territorio. Aunque poco fiables, los globos son sin duda el arma de “larga distancia” más barata del mercado y suponen una amenaza latente en los cielos rusos.