En Estados Unidos se ha alcanzado un acuerdo sobre un nuevo convenio colectivo entre una de las mayores redes sanitarias privadas americanas, Kaiser Permanente, y organizaciones sindicales, poniendo fin a un conflicto social que había provocado paros laborales. El grupo californiano se ha comprometido en particular a aumentar, de media, los salarios un 21% durante la vigencia de este nuevo convenio colectivo, es decir, cuatro años, indicaron el grupo y los sindicatos en un comunicado de prensa conjunto publicado el viernes. Fueron necesarias más de seis meses de discusiones para que las dos partes llegaran a un acuerdo.

A principios de octubre, los sindicatos convocaron un paro laboral de tres días, que afectó a más de 75.000 de los 85.000 empleados de Kaiser Permanente, cuya sede está en Oakland (California). Las organizaciones también habían presentado un aviso para una huelga más larga, del 1 al 8 de noviembre, que fue levantada el viernes, dijeron. Los sindicatos, unidos en coalición, exigieron aumentos salariales, pero también un fortalecimiento de la fuerza laboral y protección contra la subcontratación de servicios.

Desde la pandemia de coronavirus, muchos profesionales sanitarios han abandonado el sector y el sector está experimentando importantes dificultades de contratación. Kaiser Permanente es una de las redes de atención médica más grandes de los Estados Unidos, con ubicaciones en ocho estados y la capital de los Estados Unidos, Washington. Cuenta con unos 12,7 millones de asegurados. La mayor parte del sistema médico de Estados Unidos depende del sector privado, ya sean aseguradoras o profesionales de la salud.

El acuerdo, con efecto retroactivo desde el 1 de octubre y que aún debe ser ratificado por los empleados, prevé un aumento, en tres años, del salario mínimo, que pasará a 25 dólares por hora en California y a 23 en otros estados. También incluye un aumento de la participación en los resultados, así como medidas para hacer frente a la escasez de personal.

Sindicatos y empresas agradecieron a la ministra de Trabajo, Julie Su, “por su papel decisivo en la conclusión de las negociaciones”. Esta abogada de formación desarrolló la mayor parte de su carrera en California y estuvo muy involucrada en este asunto, hasta el punto de participar en varias reuniones de negociación.