Un “general harto”. A partir del 13 de octubre, todos los sindicatos que representan a los médicos privados convocan a una huelga masiva y renovable. La medicina liberal “va a parar para dar una señal contundente a los poderes públicos. Es indiscutiblemente un Viernes Negro y se renovará”, afirmó el martes pasado Philippe Cuq, portavoz de una nueva “intersindical”, que reúne a 12 organizaciones representativas de médicos o jóvenes médicos.

En su punto de mira, el proyecto de ley (PPL) del diputado Frédéric Valletoux que, tras su votación en la Asamblea Nacional, llegará al Senado en octubre. Y, más ampliamente, condiciones laborales degradadas. «La primera razón de esta manifestación es la insuficiente inversión en medicina comunitaria», afirma la doctora Sophie Bauer, cirujana de Seine-et-Marne. Mientras el vicepresidente de la asociación Médicos para el Mañana, Benoît Coulon, protesta: “A principios de los años 2000, la OMS situaba el sistema sanitario francés en el primer lugar del mundo, hoy la situación está tan degradada que es patético para el séptima potencia mundial”.

El objetivo primordial de la huelga es preparar el terreno para una nueva negociación de precios con la Seguridad Social. El año pasado, el primer intento supuso un incremento de 1,50 euros, aumentando la consulta básica de 25 euros a 26,50 euros. Este aumento, que entrará en vigor el 1 de noviembre, es una auténtica «humillación», opina el doctor Duquesnel, médico general de Mayenne y presidente del sindicato CSMF.

Y las consecuencias son concretas, insisten los sindicatos. “Ya no tenemos los medios para cuidar de nuestros pacientes. Tengo muchos pacientes ancianos y polipatológicos a los que a veces retengo entre 30 y 40 minutos”, explica el doctor Duquesnel. “¿Cómo pago mis gastos de oficina hoy?” El médico teme que los profesionales sanitarios tengan que reducir la calidad de las consultas en favor de la cantidad. «Hace siete años que no se produce un aumento, a pesar de la inflación», se enfada el doctor Bauer, presidente del sindicato de médicos privados.

Y estas dificultades no dejan de tener consecuencias para la instalación de los más jóvenes, analiza el doctor Duquesnel. «Los decanos de las facultades nos han alertado de que cada vez más estudiantes en medicina general hacen valer su derecho al arrepentimiento y cambian de especialidad durante sus estudios». Y de los 45.000 médicos generales formados, sólo 5.000 establecieron una consulta privada, añade el doctor Benoît Coulon.

Por tanto, la situación es urgente, advierten. Reunidos el pasado lunes, un grupo de médicos liberales de Mayenne, por ejemplo, decidieron crear un movimiento de desobediencia a los precios. “Decidimos que no cotizaríamos a 26,50 euros. A partir del 1 de noviembre aumentaremos a 30 euros. Y no son los primeros. Ya en junio pasado, varios médicos de cabecera habían pedido que se hiciera, como en Oise, informan nuestros colegas de France 3.

El otro objetivo es eliminar el proyecto de ley Valletoux (PPL). Para los sindicatos, esto último corre el riesgo de agravar aún más la fuga precipitada de jóvenes médicos generales. La propuesta de ley reintroduce en primer lugar “estructuras administrativas adicionales”, pero “sin recursos adicionales y con la obligación de lograr resultados”, sostiene la asociación Médicos del Mañana.

En concreto, este texto convierte al territorio sanitario en “el nivel de referencia para la organización local de la política sanitaria”. Así, el Consejo Territorial de Salud deberá definir “objetivos prioritarios en términos de acceso a los cuidados, permanencia de los cuidados y equilibrio territorial de la prestación de cuidados”. Para el doctor Coulon, “los políticos se descargan sobre los colectivos, obligando a los médicos a ser eficientes en su atención, pero sin proporcionar ningún medio adicional, les estamos dando, en cierto modo, una misión imposible”.

Leer tambiénMalestar entre los médicos liberales: “La necesidad de un toma y daca con el gobierno”

La PPL tiene como objetivo sobre todo exigir que las clínicas privadas y sus cuidadores participen más en los horarios nocturnos y de fin de semana, para aliviar la carga de los hospitales públicos. Corresponderá a las Agencias Regionales de Salud (ARS) organizar estas guardias. «Pero ¿cómo van a poder sentar la cabeza las jóvenes madres solteras, que como en toda la sociedad son más numerosas, si tienen que cuidar a sus hijos en horarios escalonados?», se pregunta el Dr. Bauer. Además, en el sector privado “ya realizamos guardias y guardias de forma voluntaria”. Así, al obligar a los médicos privados a integrar el sistema de guardia de los hospitales públicos, “reduciremos necesariamente la prestación de atención”, analiza.

La PPL también prevé que los médicos se unan por defecto a la comunidad territorial de profesionales de la salud [comunidades de actores de la salud que desean coordinarse en un territorio para mejorar la atención al paciente, nota del editor] en su territorio. Los sindicatos se oponen firmemente a esto, afirmando que la afiliación debe ser un compromiso voluntario y personal. Todo esto “da la imagen de una profesión donde hay coerción, con guardias obligatorias, por ejemplo”, molesta el doctor Duquesnel.

Pero el “malestar” es mucho más profundo, considera el doctor Benoît Coulon. «Nuestro leitmotiv para la huelga de mañana es la salvaguardia del sistema sanitario francés», afirma. Antes de precisar: “Hay un frente sindical único este viernes 13 de octubre y es bastante raro señalarlo”. Todos quieren que la situación cambie. “Por mi parte, cierro mi consulta del 13 al 20 de octubre inclusive”, anuncia el doctor Duquesnel. El sindicato de médicos liberales, por su parte, desea entablar un verdadero enfrentamiento con el gobierno. Advierte: “Hasta que obtengamos una respuesta, no reabriremos”.