Une experte de l’Onu spécialisée dans la prévention de la torture a demandé jeudi 12 octobre l’interdiction de 20 «outils de torture modernes» utilisés par des forces de l’ordre à travers le monde, certains dignes des «tortionnaires du Moyen- Edad».

“Los artículos de mi lista prohibida son nada menos que herramientas de tortura modernas. Son tan horribles como los potros y los pulgares utilizados por los torturadores en la Edad Media”, afirmó Alice Edwards, relatora especial sobre la tortura, al presentar su informe ante un comité de la Asamblea General de la ONU. Estas 20 herramientas son «intrínsecamente crueles, inhumanas o degradantes», ya que fueron «diseñadas con el único objetivo de causar dolor», añadió durante una rueda de prensa.

En esta lista se encuentran instrumentos «anticuados», como porras con púas, camas-jaula, esposas para pulgares, escudos con púas, «sjamboks» (látigos tradicionales), «lathis» (largas porras de madera o bambú), o incluso cadenas que unir a los prisioneros entre sí. Algunos “recuerdan las imágenes dolorosas y degradantes asociadas a la esclavitud y la servidumbre”, denunció el experto encargado por la ONU pero que no habla en nombre de la organización.

En su lista también figuran pasamontañas, cintas para la cabeza y capuchas antiescupitajos, así como armas de descarga eléctrica, pero también equipos más sofisticados, como armas de ondas milimétricas. Estas armas de energía están «destinadas a calentar la capa superior de la piel cuando se apunta a una multitud, para que la gente se disperse debido al dolor insoportable, sin saber de dónde viene», explicó.

Según su investigación, 335 empresas en 54 países de todas las regiones del mundo fabrican o promueven estas 20 herramientas. Más allá de su prohibición inmediata, pide a los países que hagan un inventario de su equipo de aplicación de la ley y destruyan estas herramientas si forman parte de ellos. El ponente también pidió un tratado internacional que prohíba el comercio de estas herramientas, cuyos «tentáculos se extienden por todo el mundo», esperando una resolución de la Asamblea General de la ONU para iniciar negociaciones en esta dirección.

En general, también observó un «aumento considerable de las acusaciones de tortura» durante el año pasado, en particular «tortura vinculada a la guerra». Señaló a Rusia, cuyas fuerzas armadas son objeto de “acusaciones creíbles” en Ucrania: “mi reciente visita a Ucrania confirmó lo peor, este patrón sugiere que la tortura es una política de Estado de Rusia”. «Lamentablemente también se han observado torturas y otros tratos inhumanos en los conflictos de Haití, Malí, Birmania, Sudán y Yemen», añadió, expresando preocupación por la frecuencia de la «tortura sexual».