«Casi hago una parada digna de un portero». Olivier Giroud sonreía tras “su” victoria del AC Milan por 1-0 en Génova. Y con razón, el máximo goleador de la historia de los Bleus improvisó… portero este sábado, durante este partido de la octava jornada de la Serie A que será un hito. El portero del club lombardo, Mike Maignan, jugaba boca abajo con las rodillas adelantadas en el minuto 96. Tras examinar las imágenes, el árbitro blandió una tarjeta roja al portero del equipo francés. Excepto que Stefano Pioli ya había hecho todos sus cambios. “Primero pensamos en Christian Pulisic, pero no era nuestra mejor opción por su altura (1,78 m, nota del editor). Ollie surgió como la solución adecuada e hizo un buen trabajo”, explicó el técnico italiano.

Mejor dos veces que una. En el tiro libre tras la falta de Maignan, Albert Gudmundsson envió el balón al larguero de Giroud, antes del córner local y… la expulsión de Josep Martínez, portero del Génova, en el minuto 102, superados ya los siete minutos de descuento. Génova, sin embargo, todavía tuvo tiempo de asegurar una buena situación, y Giroud salió con valentía e intervino decisivamente, para gran alegría de sus extasiados pequeños camaradas. «Lo que hizo Ollie fue la encarnación de nuestro estado de ánimo, de nuestra mentalidad, de un grupo que siempre quiere dar lo mejor de sí mismo», dijo Pioli. “Tomé coraje con ambas manos, me lancé a la pelota sin saber lo que iba a pasar. Nunca pensé que viviría este tipo de emoción en este lado del campo. Cuando era pequeño me gustaba jugar de portero. Como la felicidad nunca viene sola, el Milán tomó la delantera en la clasificación de la Serie A tras el empate del Inter.