Aurélie Allez, de 39 años, no da señales de vida desde el viernes 29 de septiembre. La treintañera, residente en Longuenesse (Paso de Calais) y madre de dos niñas de 14 y 11 años, se reuniría con sus hijas en su casa el sábado 30 de septiembre. Sin embargo, cuando llegaron, Aurélie Allez había desaparecido al igual que su vehículo. La fiscalía de Saint-Omer abrió una investigación sobre una desaparición preocupante y la confió a la comisaría de policía de la ciudad.

El teléfono de esta agente inmobiliaria está apagado desde el viernes por la noche, alrededor de las 21 horas, según informa su familia. Su hermano, David Allez, entrevistado por TF1, aclaró que “normalmente”, la familia “siempre envía mensajes, pero aquí nada”. Familiares y amigos han lanzado varias convocatorias de testigos en las redes sociales para intentar encontrar a Aurélie Allez. Se organizaron búsquedas y registros. En vano.

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Aurélie mide aproximadamente 1,60 metros, es de complexión delgada, tiene cabello largo y rubio y ojos azules. En un mensaje publicado en redes sociales, la hermana del desaparecido precisó que era dueña de “un Mini Cooper color gris oscuro liso con llantas en negro brillante, 5 puertas y matrícula ED 095 YX”. «Probablemente esté en peligro y tal vez en cualquier lugar», añadió su hermana.

“Aurélie está divorciada desde hace algún tiempo y comparte la custodia con su expareja. El sábado tuvo que recoger a sus dos hijas, de 11 y 14 años. Pero cuando su exmarido se presentó en su casa con los niños, ella no estaba”, testificó David Allez, hermano de la desaparecida, entrevistado por TF1. “Mi hermana iba a celebrar su cumpleaños número 39 el domingo 1 de octubre”, añadió. Ya había hecho las compras para la recepción en casa.

Interrogada por 20 Minutos, la fiscalía de Saint-Omer aclaró el miércoles 4 de octubre que el caso se estaba tramitando actualmente como «una salida voluntaria» y que, por el momento, no había ningún elemento relativo a «un posible secuestro» o un “acto criminal”. «Esta desaparición tiene un carácter preocupante, ya que los mensajes enviados a sus seres queridos sugieren que esta persona podría atentar contra su vida», añadió sin embargo el fiscal, interrogado por nuestros colegas. Ni el coche ni el teléfono del hombre de treinta años “pudieron ser localizados”, afirmó.