La cour d’assises des mineurs a condamné vendredi 29 septembre à des peines allant de 7 à 25 ans de réclusion criminelle six accusés travaillant pour un réseau de drogue marseillais qui, en 2020, avaient séquestré et torturé deux petites mains du trafic, violant l ‘un dos.

Queriendo ganar dinero, un colegial local de 15 años y un adolescente de 16 de la región parisina, reclutados por traficantes en la ciudad de Busserine, en los distritos del norte de Marsella, fueron detenidos, separados de sus seres queridos. los demás, obligados a trabajar gratis. Durante su confinamiento en la ciudad, cuatro días para uno y casi un mes para el otro, fueron golpeados, quemados y estrangulados periódicamente hasta desmayarlos. Una tercera víctima, también secuestrada, había sufrido cortes con cuchillo en las manos para “probar su resistencia al dolor”.

El Tribunal de lo Penal de Bocas del Ródano calificó el calvario sufrido por las dos víctimas que declararon ante los jurados durante debates a puerta cerrada como un secuestro acompañado de actos de tortura y barbarie por parte de una banda organizada. Una de las dos víctimas adolescentes, hospitalizada en la región de París en estado anémico, estaba cubierta de cicatrices y quemaduras.

Considerado uno de los principales actores de los hechos, el hombre que actuaba como director de campo de la cadena, un chico que tenía 18 años en el momento de los hechos, recibió la pena más severa, 25 años de prisión. Entre los imputados, tres eran menores de edad en el momento de los hechos, de 17 años. A pesar de las duras sentencias impuestas, el tribunal les concedió el beneficio de la excusa de minoría que reduce a la mitad la pena máxima impuesta.

Uno de ellos fue condenado a 18 años de prisión, tras haber sido condenado también por el Tribunal de lo Penal por la violación de una de las víctimas. El joven acusado admitió haber impuesto una felación en un sótano de la ciudad, que había filmado y luego amenazó con difundirlo en las redes sociales. Otros dos acusados ​​fueron condenados a quince y siete años de prisión.

Un sexto acusado, un residente de la ciudad de 66 años, fue condenado a ocho años de prisión. Fue declarada culpable de haber participado en el secuestro alojando a las manitas de la cadena por la noche en su casa, en una habitación cerrada con llave. Estos pequeños vigías y traficantes contaron que “la vieja”, como la llamaban, denunció falsos intentos de fuga, que terminaron en violentas represalias por parte de miembros de la red.