Un retraso de 24 horas adicionales. Esto es lo que el Consejo de Estado concedió el martes al Gobierno para justificar la prohibición de TikTok en Nueva Caledonia y para demostrar el papel supuestamente desempeñado por la red social en la violencia que afecta al archipiélago desde hace ocho días. La investigación de los recursos de medidas provisionales (procedimiento de emergencia) presentados el viernes por la Liga de Derechos Humanos (LDH), la asociación La Quadrature du Net y varios residentes de Nueva Caledonia se prolongó hasta el miércoles a las 12:00 horas.

Durante una acalorada audiencia el martes, el representante del gobierno destacó «la fuerte coincidencia» del perfil y la edad de los alborotadores con los de los usuarios de la plataforma, para justificar su bloqueo. Estos últimos habrían utilizado la aplicación para organizar sus acciones, así como para «difundir vídeos violentos que provocan excitación entre la población», prosiguió. Los demandantes denunciaron unánimemente “la ausencia de elementos concretos que prueben el supuesto vínculo entre el uso de TikTok y la violencia”, en particular extractos de dichos contenidos de la red social.

El juez concedió tiempo adicional al gobierno para añadir pruebas de la existencia de estos vídeos, por ejemplo capturas de pantalla. Las asociaciones defensoras de las libertades también han criticado una medida que vulnera las libertades de información y expresión. “Todos los jóvenes obtienen información en TikTok, así tienen acceso a la prensa nacional e internacional”, afirmó la abogada Nathalie Tehio, nueva presidenta de la LDH y originaria de Nueva Caledonia.

También señalaron la falta de una base jurídica sólida y el carácter desproporcionado de esta decisión. Al no poder recurrir a la ley del 3 de abril de 1955 relativa al estado de emergencia, que sólo permite el bloqueo de un sitio o de una red en caso de provocación «a la comisión de actos de terrorismo o al pedido de disculpas», el gobierno se basó en la «teoría de las circunstancias excepcionales», jurisprudencia que permite a la administración liberarse de la ley en tiempos de crisis, cuyo uso fue validado por el Consejo de Estatuto durante la pandemia de Covid-19.

Esta medida de prohibición de la red social se produjo también en un contexto de temor a injerencias y desinformación en las redes sociales por parte de países extranjeros que intentarían provocar tensiones, justificaron además fuentes gubernamentales y de seguridad, mencionando a China o Azerbaiyán.