A medida que se acercan los 100 días de Gabriel Attal en Matignon, su oficina quiere aclarar las cosas. No se trata de que el plazo que el Primer Ministro quiere poder promover quede oscurecido por un miembro del gobierno desacertado. Emmanuel Moulin, jefe de gabinete de Gabriel Attal, envió este fin de semana una fuerte llamada al orden por escrito a todos los ministerios, consultado por Le Figaro el domingo. “Estas últimas semanas han estado marcadas por iniciativas de comunicación no coordinadas de algunos miembros del gobierno. , no concertado y no validado por el gabinete del Primer Ministro”, se molesta el alto funcionario, sin dar más explicaciones. Aunque los debates sobre el empeoramiento del déficit público pusieron de relieve las diferencias en la cúpula del estado la semana pasada y eclipsaron el viaje del jefe de Gobierno a Canadá. Desde entonces, Matignon ha tratado de impedir que los ministros sean interrogados sobre el tema por los medios de comunicación con la esperanza de resolver la controversia.
“Los anuncios de reformas debían ser arbitrados y las condiciones de su comunicación en los medios de comunicación decididas de acuerdo con el centro de comunicación de Matignon”, señala Emmanuel Moulin. Recuerda que le interesa leer con antelación la agenda de los ministros y releer sus entrevistas antes de su publicación, una práctica recurrente desde hace varios años. Pero va más allá en el control del gobierno al afirmar que las “citas de ministros” recogidas en artículos de prensa “deben enviarse con antelación al centro de comunicaciones de Matignon con antelación suficiente para hacer posibles correcciones”. En los últimos meses, algunos pesos pesados del Gobierno han adquirido la costumbre de conceder entrevistas a la prensa sin pasar por el marco formal de una entrevista propiamente dicha, alternando preguntas y respuestas para no advertir a Matignon.
«La aplicación de estas normas es una garantía de la eficacia de la acción gubernamental y nos permitirá afrontar los plazos futuros en las mejores condiciones», continúa el jefe de Gabinete. El brazo derecho de Gabriel Attal considera que «estas normas son aún más importantes en este período que precede a las elecciones europeas», mientras que la campaña de la mayoría decae hasta el punto de que su lista se sitúa claramente por detrás de la lista de Jordan Bardella (RN), a 13,5 puntos. ) según nuestro barómetro elaborado por Ifop.
El endurecimiento de la comunicación ministerial se produce en un momento en el que el Primer Ministro ya ha decidido, desde principios de mes, organizar una reunión semanal para preguntas al Gobierno en la Asamblea Nacional, en solitario sobre el escenario. “Un nuevo formato”, elogiado por el Primer Ministro, que sitúa a los miembros del Gobierno en un segundo plano.
La advertencia de Matignon este fin de semana no dejó de causar asombro en las oficinas ministeriales, donde ya se denunciaba un control omnipresente del entorno del Primer Ministro, que se ha convertido en una costumbre de bloquear tal o cual proyecto de entrevista o participación en retransmisiones audiovisuales. «Dejan las compuertas abiertas a oposiciones y diputados que no suelen ser libres…», chilla una comunicadora que describe sus dificultades para trabajar con los equipos cada vez más cautelosos de Matignon.