Después de dos aplazamientos en dos días, Rusia logró finalmente, este jueves 11 de abril, a las 11:00 hora francesa, el lanzamiento de su cohete Angara-A5 de nueva generación desde el cosmódromo de Vostochny, en el Lejano Oriente ruso.

«El cohete funcionó normalmente, la etapa superior se separó de la tercera etapa del cohete», dijo la agencia Roscosmos en un comunicado de prensa pocos minutos después del despegue. El martes y miércoles se pospuso el lanzamiento del Angara-A5 por razones “técnicas”.

El cohete Angara-A5 es una máquina de nueva generación destinada a sustituir a los antiguos lanzadores Proton, cuya tecnología se remonta a los años 60.

Sin embargo, este proyecto se retrasó y no se respetó el calendario fijado por las autoridades rusas cuando se realizó la primera prueba, en 2014. Los motivos: escándalos de corrupción, recortes presupuestarios, retrasos en serie y reveses vergonzosos, como la pérdida de la sonda lunar Luna-25 en agosto de 2023.

A pesar del éxito del 11 de abril, el sector espacial ruso sigue hoy limitado por su falta de innovación. La mayoría de sus sistemas se basan en tecnologías soviéticas, que en general son confiables pero obsoletas.

Rusia también debe enfrentar una mayor competencia de empresas privadas, como la estadounidense SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk, y nuevas potencias espaciales, como India.