La Rochelle, claramente carente de confianza, acabó ganando frente a Pau (25-23) en un choque de aspirantes a la clasificación sin ritmo y a veces aburrido, el sábado por la noche en un estadio de Deflandre que llevaba mucho tiempo amorfo. La victoria y eso es todo, aunque en cuatro minutos los hombres de Ronan O’Gara tuvieron en el bolsillo el bono ofensivo casi caído del cielo, que no pudieron mantener frente a los Bearnes que no sólo rompieron su defensa al final. Demasiado tarde o muy tarde. Este éxito marítimo supone un soplo de aire fresco en la carrera por el Top 6 a dos días del final de la temporada regular.
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Para Pau, que sueña con clasificarse por fin para los play-offs, seguramente ha pasado una oportunidad y sus jugadores sin duda se morderán los dedos al regresar sólo con un bono. Los hombres de Sébastien Piqueronies pagaron su indisciplina inicial, su fracaso en el scrum y esa mala inspiración de su extremo Eliott Roudil al final. Una semana después de mostrar sus límites en el estadio Chaban-Delmas, los Maritimes no se tranquilizaron, salvo su scrum que les permitió un try de penalti y su defensa que recuperó su nivel y les permitió aniquilar los intentos visitantes. El resto fue muy complicado, como suele ocurrir últimamente.
Sin embargo, las intenciones estuvieron ahí desde el principio, con muchas ganas, cometiendo la falta de Jack Maddocks, sancionado con tarjeta amarilla (5º) y enviando a juicio a Jack Nowell por primera vez en la temporada (7º). Luego, a los veinte minutos, todo se torció, con menos precisión, prisa, devolviendo la vida a los Bearnes que no aprovecharon plenamente la situación: dos penaltis fallados antes de la media hora que costaron caro en el recuento final.
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La Sección dominó, convirtió dos penales de Joe Simmonds pero chocó durante mucho tiempo contra la pared negra y amarilla. Gracias a su scrum y a un try de penalti concedido por Gasnier (18-6, 58), los Rochelais recuperaron algo de aire en el marcador antes de volver a perder el control del balón, propiedad durante largos minutos de los jugadores de Palois pero tampoco tan inspirados. . Pero todo llegó a un punto crítico en los últimos diez minutos. Roudil, queriendo salvar un balón en el lateral, lo volvió a meter torpemente en su in-goal y el oportunista Jules Favre aprovechó para aplastarlo (25-6). Este giro del destino no detuvo a los Palois, que lo dieron todo al final para acercarse al final gracias a dos intentos de Siate Tokolahi y luego a un penalti, una merecida bonificación por todo su trabajo esa noche.