La cifra de muertos por el atentado ocurrido la semana pasada en los suburbios de Moscú alcanzó este miércoles los 143 muertos, según un nuevo informe difundido por las autoridades rusas, siendo el ataque ya el peor reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico en suelo europeo. La lista de víctimas, visible en el sitio web del Ministerio de Situaciones de Emergencia, contabiliza ahora 143 muertes.
El miércoles, 80 heridos, entre ellos seis niños, seguían hospitalizados al mediodía, informó el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Mourashko, citado por la agencia de noticias TASS. Una fuente médica anónima también dijo a TASS el miércoles por la mañana que 205 personas habían recibido atención ambulatoria que no requirió hospitalización. La viceprimera ministra rusa, Tatiana Golikova, dijo a la prensa el martes que muchas personas en estado de shock no habían acudido inmediatamente a los médicos después del ataque, de ahí el repentino aumento de ese tipo de tratamiento.
El viernes, individuos armados abrieron fuego en una sala de conciertos cerca de Moscú, el Ayuntamiento de Crocus, antes de prenderle fuego. Desde entonces han sido arrestados cuatro presuntos atacantes, junto con varios sospechosos acusados de ayudarlos. Este es el ataque más mortífero en Rusia en veinte años. Fue rápidamente reivindicado por el grupo Estado Islámico, pero las autoridades rusas persisten en establecer un vínculo con Ucrania y sus aliados occidentales, sin presentar pruebas. Kyiv rechazó categóricamente estas acusaciones. Rusia es desde hace mucho tiempo un objetivo del ISIS, que está activo en el Cáucaso ruso y lucha en Siria.
El lunes, el presidente ruso Vladimir Putin admitió por primera vez, tres días después de los hechos y de las afirmaciones del EI, que los presuntos atacantes eran “islamistas radicales”, sin dejar de señalar con el dedo a Ucrania. En particular, afirmó que los presuntos atacantes pretendían huir “a Ucrania”. Sin embargo, la frontera entre estos dos países, que llevan dos años luchando militarmente entre sí, es muy difícil de cruzar.