El crimen nunca había sido esclarecido hasta ahora, pero es escalofriante: en 1980, en Oregón, una joven de 19 años, Barbara Tucker, fue secuestrada, agredida sexualmente y luego asesinada a golpes cerca del Mount Hood Community College. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente pero el criminal no había sido identificado. Este asunto acaba de encontrar su probable desenlace más de cuarenta años después, según revela CNN.
De hecho, el progreso técnico permitió un primer paso en la investigación, veinte años después del asesinato de la joven: las muestras vaginales tomadas de sus restos fueron enviadas nuevamente al laboratorio para un análisis más profundo. A partir de los datos genéticos así recogidos, y sin duda pertenecientes al autor del crimen que dejó su huella de ADN en la intimidad del estudiante, el laboratorio pudo establecer las principales características físicas de la asesina: la policía supo entonces que estaba buscando a un hombre pelirrojo en particular.
La información aún estaba incompleta… pero a pesar de todo, una genealogista, CeCe Moore, se apoderó de ella y cruzó árboles genealógicos para intentar establecer con mayor precisión el perfil del sospechoso. En 2021, alertó a la policía sobre un hombre de sesenta años, Robert Plympton, que le parecía más probable que correspondiera al fenotipo “predicho” por el ADN encontrado en la víctima.
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Los investigadores iniciaron entonces una discreta vigilancia sobre el sospechoso, y durante la vigilancia le quitaron un trozo de chicle que arrojó al suelo. El ADN encontrado en el chicle resultó ser el mismo que el presente en el cadáver de Barbara Tucker.
Detenido bajo custodia policial en 2021 tras este descubrimiento, el hombre siempre negó los hechos y se declaró inocente durante el juicio. El 15 de marzo fue declarado culpable del delito y el tribunal se prepara para pronunciarse sobre la duración de su condena. Su abogado ya ha anunciado que recurrirá la sentencia.