Le Fígaro Nantes
“Tres delfines varados en tan poco tiempo es bastante raro”, confiesa Emmanuelle Dacheux, alcaldesa de Piriac-sur-Mer, ciudad costera de Loira Atlántico. El sábado, dos mamíferos marinos fueron encontrados muertos en la localidad situada en la península de Guérande. Otro fue el domingo. “Esto genera discusiones. La gente está preocupada en las redes sociales”, señala el concejal sobre estos cadáveres encontrados por los vecinos y un funcionario electo. En el grupo de Facebook “Está pasando en Piriac”, que reúne a 7.000 miembros, cada uno tiene su propia opinión sobre la causa de estas trágicas muertes. Prueba de que el sujeto se mueve.
Ya en septiembre, cuando aún no había sido elegida, la concejala recuerda una llegada bastante numerosa de delfines. “Hay que despejar dudas e incriminaciones, y menos incriminar a los pescadores”, argumenta la mujer de la que algunos de sus familiares conocen bien el entorno. «Si pueden encontrarlo, es muy raro». Y si desgraciadamente lo hacen, es con tristeza, insiste el electo, que prefiere verlos “girando” antes que sin vida en las playas.
Durante un mes, los pescadores del Golfo de Vizcaya se vieron obligados a parar, precisamente para proteger a los delfines de capturas accidentales. Olivier Van Canneyt, biólogo del observatorio Pelagis, que controla el estado de las poblaciones de mamíferos marinos, habla de un «alto nivel de varamientos que seguimos de cerca desde la reanudación de la pesca». Antes de calificar: “inevitablemente, el nivel es más alto que durante el período de cierre. Sin embargo, no todos los animales murieron por captura accidental”. Algunas muestran huellas, otras no.
Desde el 15 de marzo, una quincena de delfines, entre ellos una marsopa, han aparecido en la costa del departamento de Loira Atlántico, como en La Turballe, Batz-sur-Mer, Préfailles, La Bernerie-en-Retz… Y 90, incluido el toda la costa atlántica, desde Finisterre hasta el País Vasco. “Los estados de descomposición son diversos. No todos murieron al mismo tiempo. Fueron traídos de regreso por las corrientes y los vientos. Asimismo, se están realizando exámenes de mamíferos, a veces realizados por corresponsales locales in situ o en el observatorio, y todavía no es posible atribuir sus muertes a un fenómeno concreto.
En su página web, el observatorio Pelagis enumera causas que pueden ser naturales (mortalidad natural, patologías infecciosas, depredación, competencia entre mamíferos marinos que comen el mismo recurso) o antropogénicas (colisiones, contaminación, capturas por artes de pesca, menores recursos, variaciones en los océanos). condiciones con un aumento de la temperatura de la superficie del agua). Entre estos elementos vinculados a la especie humana, se mencionan también los “cambios globales”, es decir, el calentamiento global que “modifica la productividad de los océanos y las áreas de distribución de las especies”.
“Desafortunadamente, estamos acostumbrados a esto desde hace varios años”, continúa Olivier Van Canneyt sobre estos repetidos varamientos. “Lo que hay que saber es que en invierno los delfines comunes están muy presentes en nuestras costas”, añade. Esta mayor presencia refleja sobre todo una nueva distribución y no un aumento de estos mamíferos a escala europea.