Armenia y Azerbaiyán anunciaron el jueves 16 de mayo que habían acordado parte de la delimitación de la frontera común, objeto de extrema tensión durante décadas, un nuevo paso hacia la normalización de sus relaciones.
Estos países caucásicos se enfrentaron en dos guerras por el control de la región azerbaiyana de Nagorno-Karabaj, luego Bakú lanzó una ofensiva en septiembre de 2023 que le permitió recuperar el control de este territorio, expulsando a los separatistas armenios que lo gobernaban desde hacía tres décadas. A finales de marzo, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, en busca de un acuerdo de paz, aprobó la restitución de las aldeas fronterizas conquistadas por Armenia en los años 1990 y abandonadas desde entonces.
Esta decisión ha enfadado a los vecinos de las zonas cercanas, que temen que este proceso de demarcación les aísle y que algunas casas acaben bajo control azerbaiyano. Esto dio lugar a un movimiento de protesta en toda Armenia encabezado por un arzobispo, Bagrat Galstanian, que exigió la dimisión de Nikol Pashinian.
En declaraciones separadas el jueves, los ministerios de Asuntos Exteriores de los dos países dijeron que habían logrado un «ajuste de coordenadas» en parte de la frontera en disputa, basándose en mapas que datan de la era soviética. Según este plan, cuatro pueblos fronterizos, actualmente en manos de Armenia, deben pasar a estar bajo el control de Azerbaiyán.
Pashinian, partidario de un acuerdo con Azerbaiyán, un país más rico y mejor armado, rápidamente saludó el jueves “un hito muy importante para el fortalecimiento de la soberanía y la independencia de Armenia”. «Por primera vez desde la independencia (de la Unión Soviética en 1991), nuestra república tiene una frontera oficialmente demarcada», dijo. «Esto lleva nuestra seguridad y estabilidad a un nivel superior».
El territorio que Armenia acordó devolver es de importancia estratégica para el país sin salida al mar, ya que controla secciones de una ruta importante hacia la vecina Georgia. Pashinian dijo el jueves que Armenia construiría nuevas carreteras en la región en los próximos meses y que se desplegarían guardias fronterizos de los dos países a lo largo de la frontera rediseñada «en los próximos diez días».