La guerra en Ucrania ha planteado una paradoja: Kiev no tiene armada pero gobierna las aguas. En dos años de conflicto, el 20% de los barcos rusos desplegados en el Mar Negro han resultado dañados o destruidos. Ucrania no debe este récord ni a su flota inexistente ni al armamento proporcionado por Occidente. Sino al uso juicioso de drones navales de alto rendimiento que ella misma diseñó y produjo. A finales de julio, Kiev reveló al público por primera vez su nuevo USV (naval suicida drone, Unmanned Surface Vehicle en inglés), el Magura V5, capaz de transportar una carga explosiva de 320 kg en un radio de 800 km.

La semana pasada, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) presentó oficialmente la última incorporación a su flota de drones navales: el «Sea Baby». El primer ejemplar, llamado “Avdiivka”, en homenaje a la ciudad de Donbass, que recientemente cayó bajo control ruso, ha entrado en “un ciclo completo de pruebas en el mar”, indica el SBU. La singularidad de esta arma reside en su financiación: fue financiada íntegramente por empresas ucranianas, donantes internacionales y la población local a través de la plataforma de recaudación de fondos UNITED24. Se recaudaron más de siete millones de euros, lo que permitió realizar el pedido de 35 dispositivos.

En realidad, el “Sea Baby” ya tuvo la oportunidad de operar en el Mar Negro, en versión experimental. En dos años de guerra, su lista de caza comienza a ampliarse. Desde el 29 de octubre de 2022, estos vehículos de superficie participaron en los daños a la fragata Almirante Makarov, que sustituyó al Moskva como buque insignia, a la fragata Almirante Essen y al dragaminas Ivan Golubets. También atacaron y dañaron la corbeta Samum, la patrullera Pavel Derzhavin y el barco de reconocimiento Vladimir Kozitsky. “Sea Babies” participó especialmente en el segundo ataque espectacular al puente de Crimea, el 17 de julio de 2023.

Leer tambiénMar Negro: rayos X de la flota rusa acosada por drones y misiles ucranianos

Pero la última versión de este USV es «aún más letal para el enemigo», según el SBU. «Tiene características técnicas mejoradas, mejores capacidades de combate y mayor maniobrabilidad», afirma el servicio de seguridad. Las capacidades elogiadas por Ucrania del “Sea Baby” parecen superar las del Magura V5. Capaz de atravesar el mar a 90 km/h, puede transportar hasta una tonelada de explosivos en un radio de 1.000 kilómetros. También estaría equipado con terminales Starlink, el proveedor de servicios de Internet de Elon Musk.

Según un general de brigada del SBU, el dron puede incluso servir como “plataforma universal para diversas armas”, lo que le permitiría, por ejemplo, equiparlo con sistemas de defensa antiaérea. En su blog, el analista naval HI Sutton señala que se han visto “tubos” en algunos “Sea Babies”, y podrían compararse con lanzadores de cohetes o misiles. El especialista del sitio incluso plantea la hipótesis de un lanzacohetes termobárico, “no guiado y con un alcance de unos 1.000 metros”. Estas capacidades podrían convertirlo en un dron reutilizable y ya no en un simple kamikaze.

Desde el 24 de febrero de 2022, los ucranianos se han convertido en maestros en el arte de la guerra de guerrillas naval. En total, 11 barcos rusos fueron alcanzados en el Mar Negro, de un total de 51 barcos registrados recientemente por Le Figaro. En términos de tonelaje, Ucrania destruyó 26.000 de las 121.000 toneladas desplegadas en el Mar Negro y dañó otras 13.000. Ucrania también ha exagerado en ocasiones sus hazañas militares. En mayo, por ejemplo, los medios ucranianos anunciaron que habían atacado un buque de inteligencia ruso, el Ivan Khurs, que de hecho logró destruir varios vehículos estadounidenses ucranianos que lo apuntaban. No hay indicios de que el edificio ruso haya sufrido daños.

Lea tambiénGuerra en Ucrania: drones navales, pesadilla para la flota rusa en el Mar Negro

Sin embargo, los drones navales desempeñan un importante papel desestabilizador. Además del “Sea Baby”, los Magura V5 participaron en el espectacular ataque a la base rusa en Sebastopol en octubre de 2022 y en el segundo ataque al puente de Crimea. Estos barcos de superficie también atacaron y destruyeron el barco de desembarco Caesar Kunikov y la patrullera Sergey Kotov. Estas armas complementan perfectamente los misiles antibuque, como el Neptune, de diseño ucraniano, utilizado para hundir el Moskva. Y su gran ventaja, además de su sigilo, reside en su coste. Un “Sea Baby” de última generación cuesta 200.000 euros, un Magura V5, 250.000 euros. El precio de un misil antibuque puede oscilar entre 500.000 y 1,5 millones de euros.