Hamás «rechaza» y «deplora» el informe publicado por la ONU sobre la violencia sexual cometida durante el ataque sin precedentes del 7 de octubre en Israel, afirmó el martes el movimiento islamista palestino en un comunicado. Las «acusaciones» sobre violaciones y violencia sexual cometidas por miembros de Hamás durante este ataque son «falsas» e «infundadas» y el informe de la ONU «no cita ningún testimonio de las víctimas», dijo Hamás.

En su informe publicado el lunes, la representante especial de la ONU sobre la violencia sexual en los conflictos, Pramila Patten, indica que hay «buenas razones para creer» que las víctimas del ataque de Hamás del 7 de octubre fueron violadas.

El informe menciona “violaciones y violaciones en grupo en al menos tres lugares” ubicados “en las afueras de Gaza” el 7 de octubre, incluido el lugar del festival Nova. «Rechazamos y deploramos firmemente este informe», escribe Hamás, afirmando que su objetivo es «demonizar la resistencia palestina». «A pesar de las falsas acusaciones de Pramila Patten, su informe no aporta ningún testimonio de lo que presenta como víctimas» de violaciones y violencia sexual, añade Hamás, que siempre ha negado haber cometido tales actos.

En su informe, Pramila Patten, que visitó Israel y Cisjordania durante dos semanas y media a principios de febrero, añade que tiene «buenas razones para creer que tal violencia continúa», en referencia a los rehenes retenidos en la franja de Gaza. Justo antes de la publicación del informe, Israel, que mantiene relaciones muy tensas con la ONU, anunció la retirada de su embajador ante la institución, acusado de querer «silenciar» el informe de Pramila Patten.

Unas 250 personas fueron secuestradas y llevadas a Gaza durante el ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre en Israel, que provocó la muerte de 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos de funcionarios israelíes. Según las autoridades israelíes, 130 rehenes siguen en Gaza, de los cuales 31 se cree que están muertos. Las operaciones militares lanzadas por Israel, en represalia por el ataque del 7 de octubre, dejaron más de 30.600 muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Hamás.