Un cuarto gato murió este lunes a causa de sus heridas, tras un robo en el refugio de animales de Soler (Pirineos Orientales), Un Poil de Bonheur, que se convirtió en una masacre de felinos la noche del miércoles 28 al jueves 29 de febrero. Al llegar al refugio, los voluntarios de la asociación se dieron cuenta de que habían forzado la puerta de la oficina y habían robado la caja registradora. Hasta entonces todo parecía un robo. “Se robaron algo menos de mil euros. En ese momento, nos decimos que es molesto porque no tenemos los medios”, dijo la presidenta Olivia Fravalo al periódico L’Indépendant.

Sólo más tarde, por la tarde, descubrió un gato libre, destripado, que había venido para recibir tratamiento pero que no se quedó en el establecimiento. Más lejos yacían otros tres cadáveres de felinos libres y faltaba un macho. La asociación aseguró en las redes sociales que el gato destripado fue “operado rápidamente el jueves” y permaneció “bajo observación” hasta su muerte, antes de añadir: “Tokio, el gato desaparecido, sigue sin ser localizado”. Todavía lo estamos buscando”.

Los responsables del lugar presentaron una primera denuncia por “hurto con allanamiento de morada” ante la gendarmería de la comuna de Soler, el mismo día. El sábado se aceptó una segunda denuncia por “maltratos graves o actos de crueldad hacia un animal doméstico domesticado o cautivo con resultado de muerte”. Según el periódico regional L’Indépendant, los resultados de las muestras de ADN tomadas el día de los terribles descubrimientos están pendientes y la investigación continúa.

Un poco de felicidad mantuvo el sábado su tan planeado día de adopción. Este encuentro permitió adoptar varias mascotas. El fondo que la asociación puso en línea para gastos veterinarios y de reparación ha recaudado hasta la fecha más de 8.000 euros. Hasta esta masacre, la asociación se hacía cargo de 26 gatos.