El Papa Francisco pidió a un ex juez de Quebec que investigara a uno de sus asesores más cercanos acusado de agresión sexual, según cartas consultadas el lunes por la AFP. El cardenal Gérald Cyprien Lacroix, de 66 años, está acusado de haber “tocado” a una menor en el momento de los hechos en el marco de una acción colectiva dirigida a más de un centenar de miembros de la diócesis de Quebec. Desde el año pasado, el cardenal Lacroix es uno de los nueve miembros del consejo de cardenales creado por el Papa Francisco para ayudarle en el gobierno de la Iglesia, que se reúne periódicamente en el Vaticano.
“Considerando la necesidad de realizar una investigación sobre los hechos, las circunstancias y la atribuibilidad del presunto delito, lo nombro investigador para realizar la investigación”, escribió en una carta en francés fechada el 8 de febrero dirigida al juez André Denis y transmitido a la AFP por los abogados de las víctimas. El juez Denis, jubilado del Tribunal Superior de Quebec, encabezó en particular la comisión encargada de investigar al clérigo francés Joannes Rivoire, de 93 años, acusado de agresión sexual a jóvenes inuit en Canadá en los años 1960.
“Acepto este mandato” y “no conozco los hechos ni las personas involucradas en este caso y ni siquiera sé los motivos que llevaron a mi nombramiento”, escribe a su vez el ex juez. “Mi trabajo consiste en decirle al Papa si, teniendo en cuenta mi investigación, los hechos alegados son suficientemente creíbles y atribuibles a la persona denunciada para justificar la apertura de un proceso canónico”, afirma en otra correspondencia, precisando que quería reunirse los testigos a partir del 18 de marzo. El informe, continúa, será «presentado al Papa Francisco, quien decidirá qué medidas tomar».
Gérald Cyprien Lacroix negó las acusaciones en su contra y desde entonces se retiró temporalmente de sus actividades. Sin embargo, asistió a la última reunión del C9 (el Consejo de Cardenales) convocada por el Papa, unos diez días después de las revelaciones. Desde la elección del Papa Francisco en 2013, otros cardenales se han visto envueltos en acusaciones de agresión sexual. La lucha contra la violencia sexual en la Iglesia constituye uno de los proyectos del pontificado de Francisco, que defiende una política de “tolerancia cero” ante la multiplicación de los escándalos.