Son los ojos y oídos de Rusia en el cielo ucraniano, pero también a las puertas de los países de la OTAN. Los Mirages 2000 franceses interceptaron uno este miércoles en el mar Báltico, por tercera vez desde el inicio de la guerra en Ucrania. Un Iliouchine Il-20M a en effet été intercepté au large des côtes lituaniennes, après les incidents en novembre 2022 et en janvier 2023, cette fois géré par des avions de combats allemands près de l’enclave russe de Kaliningrad et au-dessus de la mar Baltico.

Estos aviones, diseñados y producidos en la década de 1960, llevan consigo sistemas de guerra electrónica. En concreto, pueden interceptar señales electromagnéticas y, por tanto, están destinados a captar las comunicaciones enemigas.

“Pueden triangular para determinar la posición de nuestros radares, lo que resulta valioso a la hora de planificar un posible ataque”, explica Xavier Tytelman, especialista en aviación y ex piloto del ejército francés. «Llevan a cabo misiones de inteligencia para establecer el sistema enemigo, lo que los Awacs occidentales hacen por su parte, por ejemplo en el espacio aéreo internacional en el Mar Negro», añade el general (2S) Olivier Kempf.

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También cuentan con un radar bajo el fuselaje que permite cartografiar el terreno, así como cámaras. Tienen una autonomía de hasta 5.000 kilómetros y, en su versión modernizada presentada en 2016 a través de agencias de prensa rusas, tendrían la capacidad de bloquear los modernos sistemas Awacs occidentales.

Rusia también cuenta con Beriev A-50, equivalentes a los Awacs (Sistema de Control y Alerta Aerotransportada), claramente identificables por su radar colocado en la parte superior del fuselaje. Moscú ha perdido dos ejemplares desde enero. Si todavía estamos lejos de un escenario como el de Tom Clancy que imaginó en Tormenta roja, en 1986, la destrucción de toda la flota A-50 por aviones furtivos estadounidenses, la pérdida de estos aviones fue un duro golpe para Moscú.

En comparación, Francia tiene aviones Awacs que tienen la doble capacidad de vigilancia y guerra electrónica. Y el Ministerio de las Fuerzas Armadas ha aprobado un programa llamado Archange que debe dotar a la fuerza aérea francesa de un nuevo avión modernizado basado en un Falcon 8X.

«En realidad, Rusia tiene una escasez dramática de estos aviones, tanto A-50 como Ilyushin II 20-M», informa Xavier Tytelman. Según cifras disponibles en fuentes públicas, el ejército ruso dispone de 10 aviones A-50 y 14 Il-20, según la última edición de Military Balance. “También podemos añadir los 2 Tu-214R que son dispositivos de reconocimiento e inteligencia electrónica”, explica Benjamin Gravisse, autor del blog de defensa Red Samovar y especialista del ejército ruso. En comparación, Estados Unidos tiene 30 aviones Awacs más 15 estacionados en Europa en el marco de la OTAN.

«La destrucción en vuelo del A-50U es otro duro golpe al potencial y las capacidades de Moscú», afirmó en febrero el Ministerio de Defensa ucraniano tras derribar uno de los aviones rusos.

“El colapso de la URSS fue el factor limitante en el desarrollo de la flota”, explica Benjamin Grasse. “Los A50 eran productos puros de la maquinaria industrial soviética, con una célula producida en Uzbekistán, electrónica en Ucrania y Rusia, etc… en resumen, cuando desapareció la URSS todo el castillo de naipes industrial fue borrado del mapa. Desde entonces, Rusia ha intentado ponerse al día, en particular desarrollando un nuevo modelo, el A-100, aunque esto se complica por las sanciones occidentales.

La pérdida de los dos A-50 es, por tanto, un duro golpe para las fuerzas aéreas rusas, “sin posibilidad de sustitución rápida ni siquiera aprovechando los fuselajes inactivos almacenados en Ivanovo-Severniy, lo que hace que esta pérdida sea mucho más dolorosa que todas las pérdidas «Sukhoi perdió desde el inicio del conflicto entre los dos beligerantes», afirma Benjamín Gravisse.

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En Ucrania se hace sentir esta falta de aviones de reconocimiento y de guerra electrónica. Según los informes, la fuerza aérea rusa ha perdido un avión militar por día durante dos semanas. Kiev anunció que había derribado 10 bombarderos Su-34, dos cazas Su-35 y un avión de detección y vigilancia A-50 desde el 17 de febrero. «Los rusos ya no pueden saber cuándo está activado un radar S-300», informa Xavier Tytelman. Por otro lado, la falta de aviones de reconocimiento también puede permitir a Ucrania despegar sus cazas con menos peligro. El dominio ruso en los cielos está claramente cuestionado.

“Ucrania logró perjudicar la defensa terrestre-aérea de la península de Crimea, lo que obligó a los rusos a liberar los A-50 para completar la cobertura de radar”, explica Olivier Kempf. A pesar de todo, Rusia todavía está lejos de ser ciega. «Hay varias instalaciones de radar terrestres que pueden compensar (en parte) la pérdida de aviones, aunque la flexibilidad operativa que ofrecen los Awacs es una gran ventaja táctica», recuerda Benjamin Gravisse.

*Los aviones Mirage 2000 están diseñados por el grupo Dassault, propietario de Le Figaro