La sonda Odysseus de la empresa estadounidense Intuitive Machines envió sus primeras imágenes del lugar más austral de la Luna donde nunca había alunizado ninguna nave espacial; la empresa privada compartió dos fotografías el lunes en la red social X.
La nave, que mide más de cuatro metros de altura, alunizó en la Luna a las 23:23 GMT del jueves, la primera vez que Estados Unidos llega en más de 50 años. Esta también es una novedad para una empresa privada.
Pero los giros y vueltas, en particular un fallo de su sistema de navegación, complicaron el descenso final y la sonda se encontró tumbada de lado en lugar de aterrizar verticalmente. «Odysseus continúa comunicándose con los controladores de vuelo de Nova Control desde la superficie lunar», dijo el lunes Intuitive Machines, publicando dos fotografías en X, una del descenso de la nave espacial y otra tomada 35 segundos después de su caída, revelando el regolito del cráter Malapert.
El dispositivo transporta, en particular, instrumentos científicos de la NASA, que desea explorar el polo sur de la Luna antes de enviar allí a sus astronautas, en el marco de sus misiones Artemis. La agencia espacial estadounidense ha decidido encargar este servicio a empresas privadas. Esta estrategia debería permitirle hacer el viaje con más frecuencia y por menos dinero. Pero también estimular el desarrollo de una economía lunar, capaz de sustentar una presencia humana duradera en la Luna, uno de los objetivos del programa Artemisa.
Se trata de un «éxito con pequeños inconvenientes», comentó a la AFP el astrónomo y experto en misiones espaciales Jonathan McDowell, estimando que, si «ciertamente hay cosas que resolver para las próximas misiones», el proyecto de la NASA va en la dirección correcta. La sonda japonesa SLIM, situada en la Luna desde finales de enero, ha sido activada de nuevo, anunció el lunes Jaxa, la agencia espacial del país. Además estaba colocado en ángulo y sus células fotovoltaicas orientadas al oeste no recibían luz solar.
Para Jonathan McDowell, estas dos caídas podrían indicar que las partes superiores de las sondas actuales son demasiado pesadas y, por tanto, que las máquinas de la generación actual tienen más probabilidades de volcarse en condiciones de baja gravedad.