En México, Claudia Sheinbaum formalizó su candidatura para las elecciones presidenciales de junio. “Por primera vez en la historia, después de 200 años, una mujer progresista llegará a la presidencia de la República”, dijo el domingo al salir del Instituto Nacional Electoral (INE) frente a sus seguidores que coreaban “¡Presidente! ¡Presidente!» “Es el símbolo de que estamos dejando atrás el México machista”, añadió la nieta de inmigrantes judíos de Bulgaria y Lituania. “Una señora de los altiplanos de Chiapas (en el Sur, ndr) me dijo: “tú eres el sueño incumplido de nuestras abuelas”. Esto me llena de responsabilidad y de un enorme orgullo”.

En el tono neutro y serio que la caracteriza, la formada científica presentó su programa en 15 puntos. Prometió un “gobierno austero que mantendrá la disciplina financiera y fiscal” de su mentor Andrés Manuel López Obrador. En el tema de seguridad, el exalcalde de la Ciudad de México, quien se congratuló de haber reducido el número de homicidios en la capital, prometió consolidar la Guardia Nacional, la coordinación con la fiscalía y mantener reuniones diarias de la oficina de seguridad.

Elogió los puntos destacados del historial del presidente saliente, como el aumento del salario mínimo sin impacto sobre la inflación, «la fortaleza del peso» que se ha apreciado fuertemente frente al dólar y la «reducción de la pobreza y de algunas desigualdades». Además, el mismo día, en la Ciudad de México, tuvo lugar una manifestación en defensa de la “democracia”. Doce días antes del inicio oficial de la campaña, decenas de miles de personas se reunieron en la Plaza del Zócalo, la más grande de América Latina, para denunciar el reciente proyecto de revisión constitucional del presidente Andrés Manuel López Obrador.