Le Figaro Marsella
Caminando por las aguas que bordean el Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas (Mucem), cuesta imaginar que algún bañista pueda aventurarse allí algún día. Y, sin embargo, los entusiastas del buceo pronto podrán lanzarse con ambos pies.
Esta es la promesa de la futura “piscina” del Mucem, cuya inauguración está prevista para finales del próximo junio. El proyecto, denominado “cuenca J4”, podría albergar a cientos de bañistas diariamente durante todo el período estival en una zona de baño de 3.000 metros cuadrados. Una bendición para los deportistas, los vecinos y los niños del distrito 2 de Marsella, sin acceso a una piscina municipal. Esta tentadora promesa la lleva a cabo el ayuntamiento de Marsella, que esbozó un poco más sus líneas el jueves por la mañana para responder a las «inquietudes existenciales» de una parte de la oposición municipal, especialmente en las filas de la derecha.
Este último considera, en particular, que el coste de construcción de la cuenca es «exorbitante». “Con un presupuesto de 6,5 millones de euros en tres años y tres meses de apertura cada año, eso es un millón de euros al mes. Debemos preguntarnos si este dinero se utiliza bien. Creo que no”, se queja Didier Réault, vicepresidente del delegado del mar de la metrópolis de Aix-Marsella-Provence y miembro de la oposición en el consejo municipal (LR).
Sin embargo, todo iba bien para la cuenca del Mucem. Sobre el papel, la construcción y el desarrollo de esta “piscina” al aire libre requería “sólo” 2 millones de euros y debía ser inaugurada en el verano de 2023. Su apertura finalmente se pospuso hasta 2024 “por razones de seguridad”, dijo el anti -El dispositivo de oleaje presente en las aguas de los muelles corre el riesgo de “absorber a los nadadores”.
En cuanto al incremento del coste del proyecto, que se ha triplicado en pocos meses, el ayuntamiento explica que esta nueva dotación de 6,5 millones de euros permitirá, en particular, la compra de equipos extraíbles y reutilizables para los próximos diez años. “Estos fondos se utilizarán para el montaje, limpieza, almacenamiento, seguimiento y mantenimiento del sitio. Es mucho más barato que una piscina”, explica Hervé Menchon, teniente de alcalde de Marsella responsable de la costa.
Otra cuestión planteada por la derecha: la probable contaminación del lugar, provocada por el paso diario de bañistas durante unas diez horas diarias. “Este es un problema que probablemente no esté bajo control. ¿Dónde están los estudios de contaminación y qué técnicas se utilizarán para gestionarla?”, continúa Didier Réault, que duda de que la licitación convocada por el ayuntamiento para realizar las obras de la cuenca pueda finalizar cuatro meses antes de su teórica apertura. “El año pasado se presentó el mismo expediente en febrero y fue postergado. Me temo que la ciudad de Marsella seguirá en el reino de lo efímero y en el paraíso de lo subliminal”, afirma Didier Réault.
El ayuntamiento, por su parte, no cede y asegura que el proyecto se llevará a cabo, prometiendo entregar un proyecto «muy ambicioso» que devolverá a la ciudad «el vínculo con el mar». Mientras tanto, todavía debe firmar un acuerdo con la metrópoli para la explotación del espacio, del que esta última es propietaria. “Este acuerdo nos fue enviado a principios de semana. Debería llegar pronto a mi escritorio”, promete Hervé Menchon. Este viernes también se presentará al consejo municipal la nueva financiación de la cuenca, con el riesgo de causar cierto revuelo.