El gobierno ya no sabe realmente qué hacer. Considerada durante un tiempo y luego abandonada muy rápidamente, la generalización del servicio nacional universal (SNU) parece volver a ser relevante. En cualquier caso, así lo afirmó el martes por la tarde la secretaria de Estado de Juventud y del SNU, Prisca Thevenot, en el medio online Brut. De hecho, el ex portavoz de Renaissance abogó por “una obligación” del sistema, lanzado en 2019 para jóvenes de 15 a 17 años, que en última instancia será “una generalización”.
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«El desafío es garantizar que el SNU se convierta en un pasaje republicano para toda una generación», explicó, sin especificar sus contornos. Sin fecha ni condiciones concretas, la prórroga del SNU aún no ha salido de las cajas de la Secretaría de Estado. Tampoco parece haber ningún proyecto de ley en la agenda. De hecho, la posibilidad de un referéndum sobre el tema fue mencionada durante las reuniones de Saint-Denis, organizadas por el presidente en agosto pasado.
«Debemos dar un paso al costado para mirar cómo trabajar las modalidades para avanzar hacia la generalización, pero también dar un paso de co-construcción con los jóvenes para que esta política pública sea su política pública», admitió. Una pista que Prisca Thevenot reiteró el miércoles en el plató de Franceinfo. “La cuestión en este momento es, sobre todo, recordar qué es realmente el servicio nacional universal. Hoy está claro que no se comprende bien y a menudo se caricaturiza”, explicó, favoreciendo por el momento “la explicación”.
No habría “nada peor” que obligar a realizar el SNU a un joven que debe ser “voluntario y deseado”, aseguró Prisca Thevenot el 4 de agosto en Franceinfo. Hay que decir que desde la implementación del sistema, el gobierno ha estado caminando sobre cáscaras de huevo. El pasado mes de diciembre, el Jefe de Estado expresó su deseo de hacerlo obligatorio, antes de dar marcha atrás, unos meses más tarde, empantanado en la disputa sobre la reforma de las pensiones. Sobre todo porque esta promesa de campaña de Emmanuel Macron está teniendo un éxito relativo: el número de voluntarios solo ascendió en 2023 a 45.000 de más de 800.000 jóvenes elegibles.