Una película para “hacer preguntas” sobre un tema que divide: en “La petite”, Fabrice Luchini se ve arrastrado a los vericuetos de la gestación subrogada (GPA), prohibida en Francia, a través del destino de un hombre dispuesto a todo para conseguir su nieta de vuelta. Firmada por Guillaume Nicloux (El valle del amor, 2015), esta película, que inauguró el Festival de cine francófono de Angulema a finales de agosto, se estrena el miércoles en los cines. Cuenta la historia de Joseph (Fabrice Luchini), un sexagenario algo brusco que se entera de la muerte de su hijo y su compañero en un accidente.
Una tragedia que ocurre mientras la pareja espera un hijo a través de una madre sustituta en Bélgica. Porque si la gestación subrogada está prohibida en Francia, no es legal ni explícitamente prohibida en Bélgica. Una vaguedad jurídica que hace posibles los GPA.
“Sé que estamos en una era en la que sólo queremos reír, reír, reír, pero este no es el caso. ¡No es una comedia!”, declaró a la AFP en Angulema el actor de 71 años. “Es una película que plantea preguntas, que te hará llorar, tal vez te hará reír un poco, pero sobre todo es una película que no está en la tiranía del cine cómico”, afirmó.
Entonces comienza una búsqueda existencial para Joseph: encontrar a toda costa a Rita (Mara Taquin), la mujer que está embarazada del hijo de su hijo. Pero la tarea es más difícil de lo que anticipaba. ¿Quién tiene la patria potestad sobre este niño no nacido? ¿Es su abuelo ante los ojos de la ley? ¿Qué pasa con la madre sustituta?
“No es sólo una película sobre la gestación subrogada”, insistió el actor, afirmando que “no sabía qué era la gestación subrogada antes de hacer la película”. “Es una película sobre la filiación, sobre la vida”, subrayó el actor, padre de una hija. Un tema querido por Guillaume Nicloux, que explora desde sus inicios en los años 90 con Los niños voladores.
A través de la búsqueda de Rita, Joseph también pretende reconciliarse con su hijo fallecido, con quien nunca estuvo cerca. Al presentar a una mujer que ve la maternidad subrogada como una forma de ganar dinero y a un hombre impulsado por el deseo visceral de honrar el deseo de su hijo fallecido de tener un hijo, la película no toma partido. Quienes se oponen a esta práctica denuncian la explotación del cuerpo de las mujeres, así como la cosificación del feto, mientras que sus defensores creen que debemos respetar la elección de algunas mujeres de tener un hijo para otra persona. Un tema que divide incluso entre las filas de las feministas.
El presidente Emmanuel Macron se pronunció contra la GPA, “una línea roja infranqueable”, subrayó el ministro francés de Justicia, Éric Dupond-Moretti, durante los debates sobre la apertura de la procreación médicamente asistida (PAM) a todas las mujeres en 2021. “No tengo opinión ni convicción” sobre el tema, afirmó Fabrice Luchini. “Conozco personas que han recurrido a la subrogación, conozco otras que se oponen a ella. Yo no lo sé».