La victoria no es pequeña para los abogados del Reino Unido que luchan desde 2020 por las mujeres que han experimentado el dispositivo anticonceptivo Essure. Las víctimas ahora pueden presentar una demanda colectiva en nombre de 200 mujeres contra el fabricante, informó la BBC el martes. Cualquier británico que haya sufrido efectos secundarios similares tiene hasta 2024 para sumarse a la iniciativa.
Lanzado en 2002, este dispositivo diseñado por el laboratorio californiano Conceptus y comprado por la farmacéutica alemana Bayer, se presentó como una alternativa más sencilla a la esterilización quirúrgica. Introducida a través de la vagina, esta pequeña espiral metálica se introduce en las trompas de Falopio, obstruyéndolas impidiendo que los espermatozoides lleguen a los óvulos.
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El dispositivo se comercializa en todo el mundo, pero poco a poco, las voces de varias mujeres, en Estados Unidos, Francia y Reino Unido, empiezan a hablar de efectos secundarios negativos. Dicen que sufren de dolores, fatiga crónica, agotamiento, migrañas, pérdida de concentración y aumento de peso, además de períodos de sangrado.
En Francia, el primer grito de alerta lo lanzó una mosellana, Marielle Klein, en 2016. Después de cuatro años de divagaciones médicas para comprender su dolor, a esta denunciante finalmente le explantaron el anticonceptivo. Y vio cómo su dolor remitía inmediatamente.
Según la asociación RESIST, de la que Marielle Klein era presidenta, de 200.000 mujeres afectadas por este implante en Francia desde la comercialización del producto en 2002 hasta su retirada del mercado en 2017, más de 30.000 tuvieron que ser explantadas. Pero a diferencia del DIU, que es fácil de extraer, explantar el dispositivo Essure requiere una operación bajo anestesia. Como mínimo, se debe extirpar una trompa de Falopio y, a veces, también el útero.
En Francia, en 2019, 70 mujeres presentaron una denuncia contra X ante el tribunal de Marsella, por actos de “daño involuntario, peligro y, posiblemente, engaño agravado”. RESIST también inició una demanda colectiva en 2018, que el tribunal declaró inadmisible en septiembre de 2022. “Había demasiadas diferencias entre los síntomas. Para una acción colectiva, la legislación francesa exige un conjunto de síntomas comunes”, explica la asociación a Le Figaro.
El pasado mes de abril se creó en Francia un registro nacional de síntomas, por iniciativa del Consejo Nacional de Ginecólogos. Los médicos responden a las siguientes preguntas: ¿Qué síntomas experimentan los pacientes antes y después de la extracción del implante? ¿Cómo fueron apoyados? ¿Se sienten mejor? “Pedimos que el Ministerio de Salud informe a todas las mujeres con estos implantes sobre los problemas de salud que pueden encontrar”, insta Marielle Klein. Esto también permitiría evaluar los daños causados por Essure a estas mujeres que no necesariamente relacionan los implantes con el deterioro de su salud y apoyarlas”, considera.
Todavía son pocos los estudios que permiten establecer una relación entre los síntomas de los pacientes y el dispositivo de esterilización de Bayer. Sin embargo, en 2017, un estudio publicado en el British Medical Journal reveló que Essure tiene un «grave problema de seguridad». Según los autores, las mujeres que recibieron el implante tienen un riesgo más de 10 veces mayor de sufrir una cirugía adicional. En otras palabras, alrededor de 21 de cada 1.000 mujeres se someten a operaciones adicionales mientras llevan este medio de esterilización.
El origen de estos problemas lo buscaríamos en el material que constituye la bobina, una mezcla de acero, hierro, cromo, níquel y otros metales pesados. Las asociaciones apuntan en particular al estaño utilizado para soldar entre dos elementos del implante. En Francia, el profesor Michel Vincent, director del laboratorio independiente Minapath de Villeurbanne, demostró que el implante dejaba «partículas de estaño de varias micras en las paredes de las trompas del paciente», y que la corrosión de estas partículas provocaba efectos negativos.
La asociación RESIST también sospecha que las «fibras plásticas» difunden «sustancias en el cuerpo de las mujeres implantadas». “La liberación de partículas metálicas está establecida. Varias publicaciones han demostrado la corrosión del dispositivo. Ahora debemos establecer el vínculo con los síntomas”, explica la asociación a Le Figaro.
El fabricante Bayer, por su parte, niega cualquier vínculo entre estos síntomas y su producto, cuya “seguridad y eficacia” reafirma. Bayer «continuará defendiéndose enérgicamente contra estas acusaciones», dijo un funcionario de la compañía a la BBC.
Liderada en varios países, la batalla legal de las víctimas da un nuevo paso con la decisión británica. En Estados Unidos, Bayer se vio obligada a pagar casi 1.600 millones de dólares en concepto de indemnización a las víctimas, tras casi 39.000 reclamaciones. En España, una víctima fue indemnizada con 226.000 euros por decisión judicial por los graves efectos adversos del dispositivo anticonceptivo.