Tras el auge de la polémica en las redes sociales, políticas y políticos reaccionan por turnos ante el caso de Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española de Fútbol que besó en la boca a la delantera Jenni Hermoso tras la coronación mundial de las jugadoras españolas.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, había pedido el lunes a Rubiales que se disculpara. Llamada escuchada, ya que el interesado inmediatamente realizó un vídeo dirigido al N.10 de la Roja.
Pero este intento de perdón no atrajo a España. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también pagó al jefe de la RFEF, calificando su gesto de «inaceptable» y sus disculpas de «insuficientes». «Lo que vimos fue un gesto inaceptable (…) y las disculpas que presentó son insuficientes e inadecuadas», comentó Sánchez durante una rueda de prensa en Madrid.
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Ante esta nueva polémica, la reputación de Luis Rubiales ya estaba muy empañada. En el cargo desde 2018, fue acusado de haber organizado orgías con el dinero de la federación en septiembre pasado. En el pasado, también fue juzgado por agresión sexual y finalmente fue absuelto. Los nuevos acontecimientos no deberían restaurar su imagen.
Según información publicada por el diario Revelo, Luis Rubiales le habría rogado a Jenni Hermoso que apareciera con él en su video de disculpa, pero el jugador se negó. Peor aún, las declaraciones publicadas por la federación española donde Hermoso minimiza el gesto de Rubiales jamás habrían sido pronunciadas por el delantero de la Roja. Habrían sido redactados por comunicación de la RFEF y distribuidos a los medios de comunicación.
El máximo goleador de la historia de España debería hablar en los próximos días para aclarar un poco más esta polémica que no acaba nunca.