El nuevo primer ministro de Níger, Ali Mahaman Lamine Zeine, aseguró al New York Times el viernes 18 de agosto por la noche que los soldados que derrocaron al presidente Mohamed Bazoum durante el golpe del 26 de julio no le harán daño. “No le pasará nada porque no tenemos tradición de violencia en Níger”, asegura en esta entrevista realizada por el diario estadounidense de Dakar.
Pero, advirtió el presidente de Nigeria, Bola Tinubu, durante una reunión el jueves con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y según los comentarios informados el viernes por un funcionario de la UE, “las condiciones de detención del presidente Bazoum se están deteriorando. Cualquier nuevo deterioro de su estado de salud tendrá graves consecuencias”.
Por su parte, en la sede de la ONU en Nueva York, el portavoz del secretario general Antonio Guterres fue cuestionado por la prensa sobre el estado de salud del presidente Bazoum e incluso si seguía “vivo”. “Hablé con alguien que habla con él regularmente. Y sí, hasta donde sabemos, no tenemos indicios de que no esté vivo. Entonces, que yo sepa, está vivo”, aseguró Stéphane Dujarric.
El primer ministro de Níger designado el 7 de agosto, un economista que fue ministro de Hacienda, también es cuestionado por el diario sobre la presencia de 1.100 soldados estadounidenses y 1.500 soldados franceses, luchando contra los yihadistas en operaciones antiterroristas con el ejército local. Llegará «el momento de revisar» esta asociación estratégica con Estados Unidos, responde, al tiempo que saluda la «posición extremadamente razonable» de la administración Biden, que aboga por medios diplomáticos en lugar de militares para restaurar el poder democrático.
En cuanto a París, el New York Times escribe que Zeine, que no tiene claro si hablaba francés o inglés, acusa a algunos funcionarios franceses de condescendencia, pero quiere que la antigua potencia colonial permanezca en Níger. “Nos formamos en universidades francesas, nuestros oficiales se formaron en Francia. Solo queremos que nos respeten”, argumenta.
Y ante los temores de un acercamiento a Moscú o a los mercenarios del grupo Wagner, el primer ministro «no vio ninguna intención» en ese sentido por parte de los jefes militares de su país. Pero, advierte, «no empuje a los nigerianos hacia socios que no quiere ver aquí».