Le Figaro Niza
Una semana después de su ataque en el centro de Niza por un paciente cuya baja médica revisó, el médico general de 80 años todavía lleva las marcas de los golpes recibidos. Una venda a la altura de la arcada (le pusieron siete puntos), otra en la mano y -siempre- dolores en las costillas, golpeadas varias veces por su verdugo.
El hombre sospechoso de agredir al médico compareció el lunes ante el Tribunal Penal de Niza. Con su abogada, Me Carole Biot-Stuart, obtuvieron un plazo para preparar su defensa. Se solicitó una pericia psicológica para completar el expediente de Mathieu B., de 45 años, que trabaja en la construcción y que estaba en conflicto con su jefe. “Para comprender su actuación”, aceptaron los jueces. La audiencia ha sido aplazada hasta el 12 de febrero de 2024.
Esta decisión indigna a Jean-Yves Ollivier y lo hace saber. “No es normal banalizar un acto de violencia inaceptable, piensa. Si no reprimimos inmediatamente, ¿qué mensaje estamos enviando? Necesitamos una sanción disuasoria para los demás, especialmente con respecto a la profesión médica, los perpetradores deben ser severamente castigados”, continúa.
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Sin quitarse los guantes para denunciar una «justicia laxa» en la prensa y con Le Figaro, el médico explica que le preocupa esta deriva violenta de la sociedad. Después de haber encadenado entrevistas y platós de televisión, ¿mandaría un mensaje político? “Estoy sorprendido, no estoy acostumbrado a responder a tantos periodistas”, responde. ¡Pero yo no hago política! No soy ni de derecha ni de izquierda, esta violencia simplemente no es aceptable y la justicia debe ser muy severa con ella”, insiste el médico desde su consultorio, al oeste de la capital riviera, en el que retomó el curso de las consultas.
Lo repite: “Se puso tan duro conmigo que me pudo haber matado”, sigue escandalizado, cuando había logrado huir y había intervenido un transeúnte. Perdón que no quiere. “No aceptaré sus disculpas porque quería saldar mi cuenta”, insiste el experimentado médico. Para él, la demora de seis meses en relación con un examen psicológico no es legítima. “Es alguien que no se ha controlado. Estar enojado no es una enfermedad. Con esta decisión, tenemos la impresión de que es normal ser violento hoy”.
Contactada por Le Figaro, Me Carole Biot-Stuart justifica este procedimiento. “La justicia expedita no es buena, hay que dejar tiempo para hacer ese peritaje a mi cliente que se sintió acosado moralmente por su empleador”, explica, aclarando que el control de la enfermedad judicial lo hizo una organización privada y en la solicitud de la empresa. “Necesitamos un poco de sabiduría en este caso”, agrega el abogado ante este frenesí mediático y los diversos comentarios de la víctima.
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Las posiciones de Jean-Yves Ollivier le han valido insultos en las redes sociales y en las opiniones de los buscadores, contra los que ha decidido presentar una denuncia. Entre los insultos, al octogenario se le acusa de haber agredido a niños, de ser racista, de practicar fraude a la seguridad social, o incluso de ser agente del patriarcado y de no tener más derecho a ejercer, enumera. “Es una avalancha de malos indicios que hacen peligrar mi actividad, es acoso. Estos insultos no son normales”, lamenta, sin olvidar recordar los muchos mensajes de apoyo que ha recibido. Además de los de sus pacientes habituales, el alcalde de Niza, Christian Estrosi, o el diputado del distrito 1 de los Alpes Marítimos y presidente de los republicanos, Éric Ciotti, habían reaccionado en la red social X (ex-Twitter) .
A pesar del deseo de la oficina del fiscal de Niza de ser puesto en prisión preventiva, el sospechoso fue revisado judicialmente en espera de su juicio. Aunque Mathieu B. tiene prohibido entrar en contacto con la víctima (así como salir del departamento de los Alpes Marítimos), el doctor Jean-Yves Ollivier confiesa “sentirse en peligro”. Hace unos días, cuenta haber visto a “un individuo sospechoso” merodeando por su oficina, lo cual denunció. Espera con impaciencia el juicio, en el que será defendido por Me Vincent, el abogado del Consejo de la Orden de Médicos.