Uno de los grupos inmobiliarios más grandes de China, Country Garden, cuyo astronómico endeudamiento está preocupando a los mercados, advirtió el miércoles que «incertidumbres considerables» pesaban sobre sus pagos. El grupo, que durante mucho tiempo ha sido considerado financieramente sólido, no pudo el lunes pasado pagar dos intereses sobre préstamos y corre el riesgo formal de incumplir en septiembre si no paga. «En la actualidad, existen considerables incertidumbres con respecto al reembolso de los bonos», dijo Country Garden en un comunicado a la Bolsa de Valores de Shanghái.

Los reveses de la promotora Country Garden, que durante mucho tiempo tuvo la reputación de ser financieramente sólida y ahora ultraendeudada, hace temer una bancarrota con consecuencias inconmensurables para el sistema financiero en China, dos años después del descenso a los infiernos de su competidor Evergrande. Su situación es motivo de nerviosismo en los mercados porque el grupo estimó su deuda en unos 1.152 millones de yuanes (150.000 millones de euros) a finales de 2022. La agencia Bloomberg la cifra en unos 1.400 millones de yuanes (176.000 millones de euros).

Contra todo pronóstico, Country Garden había anunciado durante el fin de semana la suspensión de las cotizaciones de una decena de bonos. Los tropiezos del grupo son consecuencia directa de una crisis de una magnitud sin precedentes en el sector inmobiliario, un sector que, junto con la construcción, representa desde hace tiempo una cuarta parte del PIB (Producto Interior Bruto) de China. Country Garden, que emplea a decenas de miles de empleados, figura en la lista de Forbes de las 500 empresas más grandes del mundo.