Una mujer de sesenta años y su hijo fueron condenados el lunes por el tribunal de Vannes (Morbihan) a seis meses de prisión por malos tratos cometidos contra tres leones que explotaban ilegalmente en su circo William Zavatta. Antonia Fleury, de 61 años, y su hijo Teddy Gougeon, de 38, que pertenecen a la comunidad del circo ambulante, estuvieron ausentes de la audiencia.
Además de esta “sentencia de advertencia”, según palabras del presidente, de acuerdo con las exigencias del fiscal, a los dos acusados también se les prohíbe tener animales no domésticos durante cinco años y se les condena a pagar 1.500 euros cada uno. el daño moral a la asociación Una Voz, parte civil.
Fue ella quien denunció estos malos tratos después de observarlos dos veces en julio de 2019 en Douarnenez (Finisterre) y luego en Arzon (Morbihan) con unos días de diferencia.
Detectives privados de la asociación animalista comprobaron cómo tres leones, un macho y dos hembras, permanecían todo el día encerrados en el compartimento de un camión-jaula de sólo 15 m2, sin poder resguardarse del sol ni realizar actividad física alguna, a pesar de que Ni siquiera participaban en el espectáculo.
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Para el inspector de la Oficina Francesa de Biodiversidad (policía medioambiental) presente en la audiencia, se trataba de una violación flagrante de la normativa aplicable a los animales salvajes, sobre todo porque ni la señora Fleury ni sus hijos estaban en posesión de un certificado de capacidad para cuidar de ellos. animales o autorización para operar este circo.
Este certificado fue denegado dos veces a Teddy Gougeon por su total falta de consideración hacia el sufrimiento animal, a pesar de la muerte de algunos animales bajo su cuidado, afirmó el fiscal.
La abogada de One Voice, Caroline Lanty, deploró la total opacidad de las actividades del circo William Zavatta, que según ella no figura en ningún registro mercantil o societario, así como los defectos en la identificación, que sin embargo es obligatoria como especie protegida, de los tres leones, de los que no sabemos qué ha sido de ellos desde 2019.
“No sabemos de dónde vienen estos animales ni adónde han ido”, confirmó Sylvain Darchy al fiscal.
Cuando los dos acusados son controlados por los gendarmes en 2022, después de varios retrasos en el procedimiento relacionado con su vagancia, “nos damos cuenta de que estos animales están retenidos fuera del marco”, resume.