Los activistas de Insoumis, reunidos este fin de semana en una asamblea ciudadana, escribieron una carta dirigida el lunes a la dirección de LFI para pedir una “revolución militante” y “democratizar” el movimiento de izquierda radical con el fin de “reconstruirlo”. Estos activistas se encuentran entre los 500 firmantes del llamamiento a una Sexta República dentro del LFI, que critican periódicamente la falta de democracia interna dentro del movimiento. El sábado, había entre 60 y 80 personas reunidas en Gagny, en Seine-Saint-Denis, según uno de los coorganizadores. “Intentamos mantener este debate internamente, pero no obtuvimos respuesta”, explicó a la AFP.
El texto final de su reunión, que debería ser enviado a la dirección el lunes, denuncia “mecanismos autocráticos y verticales” en el seno de La Francia insumisa. “La estructura de LFI no es democrática. El poder está concentrado en manos de unas pocas personas que no están bajo el mando de los activistas”, se escribe. Para remediar esto, exigen el establecimiento de una “asamblea constituyente” dentro del LFI, el mismo tipo de Asamblea que los Insoumis quieren convocar en caso de victoria en las elecciones presidenciales y de la transición a la Sexta República Francesa. Esta asamblea permitiría “elegir” y “revocar si es necesario” a los representantes del movimiento.
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“Algunos de ellos ya ni siquiera son activistas entre nosotros, son una ultraminoría”, afirmó la semana pasada el coordinador de La Francia insumisa, Manuel Bompard. Antes de su reunión, estos activistas, algunos de los cuales dicen haber sido excluidos del LFI, recibieron el apoyo de la diputada rebelde Raquel Garrido, que se opone a la dirección, especialmente en cuestiones de democracia interna. “La ética y coherencia de nuestro compromiso es tener una fuerte exigencia democrática para nuestro país y por tanto para nosotros mismos. Debemos escuchar y respetar a los camaradas que hacen campaña voluntariamente”, escribió en X.
La Francia insumisa fue pensada y construida como un movimiento “gaseoso” donde las corrientes no están autorizadas y no como un partido con estructuras clásicas. Por lo tanto, no es necesario pagar ninguna tarjeta de socio ni ninguna contribución. Durante la última asamblea representativa del LFI en diciembre, alrededor de 57.000 activistas participaron en la votación para aprobar la hoja de ruta, lo que permite dar una estimación del número de activistas activos entre los 370.000 “registrados” reclamados por el movimiento.