Una rama norte local de Emaús, donde compañeros en situación irregular están en huelga y se consideran explotados, es objeto de una investigación por «tráfico de seres humanos» y «trabajo encubierto», indicó el viernes 14 de julio el parquet de Lille, Emmaüs Francia anunciando el lanzamiento de una “auditoría”.
Esta investigación preliminar fue abierta en mayo y confiada a la BMRZ (brigada móvil de búsqueda zonal) y a la OCLTI (Oficina central para la lucha contra el trabajo ilegal), dijo a la AFP la fiscalía de Lille, confirmando una información de Street Press. “Lanzaremos una auditoría externa lo antes posible”, dijo la organización benéfica en un comunicado el jueves, y agregó que “los hechos mencionados, de los que no teníamos conocimiento, son particularmente graves e impactantes, si se prueban”.
Emaús Francia también ha pedido a los responsables locales de Emaús que “retiran” a la directora de la comunidad interesada, Anne Saingier, también presidenta de Emaús Norte-Paso de Calais/Picardie, para “garantizar la protección de las personas acogidas a la de este último, actualmente en el centro de crecientes tensiones”.
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Los compañeros de la comunidad Emaús del Halte Saint-Jean en Saint-André-lez-Lille (Norte) están en huelga indefinida desde principios de julio para exigir un trato digno y perspectivas de regularización. Los huelguistas, todos en situación irregular, están alojados desde hace varios meses a varios años en esta comunidad, y refieren haber trabajado en condiciones difíciles, con la esperanza de regularizarse después de tres años de trabajo.
“Aquí nos tratan como cerdos”, lamenta un guineano de 28 años que prefiere mantener su nombre en secreto. «Trabajo de martes a sábado, de 8:00 a 12:00 y de 13:00 a 17:00, con un volumen horario total de 40 horas a la semana… con un salario mensual de 200 euros, incluidos 50 euros de alquiler y gastos», explica. “Recientemente durante una reunión, Anne Saingier nos dijo que ya no era seguro beneficiarse de la regulación después de tres años (…) que podemos hacer cinco o incluso 10 años. Aquí es donde la gente empezó a despertar”, continúa otro compañero, de Congo-Brazzaville.
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Los miembros de las comunidades no son “empleados o empleados”, sino “trabajadores solidarios”, que son “alimentados, alojados y reciben una asignación mensual”, subraya Emmaüs France en su comunicado de prensa. Aquellos que hayan vivido allí durante «al menos 3 años pueden obtener un permiso de residencia temporal», agrega la asociación, pero si las comunidades «apoyan» estas solicitudes, «la decisión es de los prefectos».