Gana notoriedad atiborrándote frente a la cámara, todo bajo la mirada ansiosa de los internautas que están atentos al más mínimo truco. Este no es el escenario del nuevo episodio de la serie de anticipación «Black Mirror», sino la polémica del momento en la web francesa. En el origen de éste, el Youtubeur Alan Food Challenge (800.000 suscriptores en su canal), conocido por engullir comida de todo tipo, como tacos o hamburguesas, en un tiempo récord. Sin embargo, desde el jueves pasado, Theo Malini (otro camarógrafo) acusa al youtubero de manipular sus videos acelerándolos y cortando pasajes.
Para responder al escándalo, Alan intentó demostrar el domingo, en una transmisión en vivo por Twitch y TikTok, su habilidad para comerse varios «gigas tacos» frente a 100.000 espectadores. Otros creadores de contenido se lanzaron para seguir el desafío con sus comunidades. Rápidamente, el youtuber perdió el control de la filmación, con dificultades para estabilizar el video y errores recurrentes en el hilo de discusión.
Dicho directo también terminó en fracaso. Después de tragar un giga de tacos y medio, Alan admitió la derrota y abandonó su propio desafío. A esto siguió un hostigamiento masivo del camarógrafo y sus familiares, con la divulgación de su número de teléfono y la dirección de su estudio de filmación. Desde entonces, solo su nombre de pila ha recibido 116.000 tuits y el hashtag «Alanfoodchallenge» es tendencia.
El ejemplo de Alan es la última vuelta de tuerca a una tendencia que crece desde 2016 en YouTube: la de «Mukbang». Este término, derivado de la contracción de las palabras coreanas para “comer” y “transmitir”, se refiere a aquellos videos donde una persona prepara y come cantidades exageradas de comida. Un fenómeno como el mismo año, la plataforma de transmisión Twitch creó una categoría de “comida social”, dedicada a este tipo de contenido. “Efectivamente, de este concepto surge un fenómeno social”, explica Fanie Demeule, autora de la novela Mukbang, publicada en 2017. “En Corea, donde comenzó este contenido, la gente come cada vez más sola, por lo que estos videos vinieron a romper esta soledad, continúa. “Con la pandemia, esta tendencia se ha extendido a otros lugares”.
Muy rápidamente, el éxito convirtió este concepto en un negocio. Las marcas no dudan en patrocinar estos videos. Solo en el canal de Alan, por ejemplo, la mayoría de los desafíos se llevan a cabo en relación con un restaurante. Por ejemplo, el que consiste en “Comer 50 Smashburgers” es en alianza con Resto BUN’S en París, el de degustar “5 giga tacos” con los O’TACOS en Nanterre. McDonald’s también aparece regularmente en sus producciones.
Una forma rápida y eficaz de ganar dinero y generar audiencia que no escapa a algunos creadores de contenido, como Nikocado Avocado, cuya historia se ha hecho famosa. Y por una buena razón, este estadounidense inicialmente ofreció contenido sobre su estilo de vida vegano. En 2017, el videógrafo da un giro de 360 grados y comienza a devorar cantidades astronómicas de comida rápida frente a la cámara. Poco a poco, va más allá y ofrece videos donde ingiere comida extremadamente picante en pocos minutos. Otra variante, engullir el equivalente a 10.000 calorías rápidamente…
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Con el tiempo, Nikocado Avocado acaba cobrando un enorme peso bajo la mirada fascinada de un público cada vez mayor. “Existe ese deseo un tanto perverso del espectador de ver sufrir o fracasar a la persona mientras intenta alcanzar su desafío”, analiza Fanie Demeule. En detrimento de su salud, su negocio resulta ser un ganador: aún hoy, su canal principal tiene casi 4 millones de suscriptores y su último video de youtube suma más de 2 millones de visitas. “Este éxito ilustra la grandísima paradoja de la sociedad capitalista, con el doble mandato de consumir pero al mismo tiempo de controlarse, señala el autor. Hay por tanto una fascinación por sus camarógrafos que se exceden y lo asumen, donde el espectador no puede hacerlo”.
Dos años antes, Nikocado Avocado incluso hizo un video para presentar su nuevo apartamento de lujo en Las Vegas. Este último compró, gracias a esta cuantiosa producción de mukbang, la módica suma de 2,3 millones de dólares. Una fascinación morbosa de numeroso público, que explica también el frenesí desencadenado por el fracaso de Alan Food Challenge, durante su reto del pasado domingo. «Los usuarios de Internet consumen cada vez más vídeos y exigen un mejor rendimiento de los camarógrafos a cambio de una parte de su atención», enfatiza Fanie Demeule.
Una avidez que no se limita a los desafíos alimentarios. Rendimiento deportivo, culinario o artístico… todo está ahí. Y algunos creadores franceses, como Squeezie, Mastu o el dúo Macfly y Carlito, también habían destacado el ritmo frenético para ofrecer conceptos cada vez más locos. En 2022, los 10 videos de YouTube más vistos por los franceses se referían a grandes producciones que jugaban en desafíos cada vez más extravagantes…