Fue “un asunto oscuro” lo que llevó al médico del Senado a la salida. En el cargo desde hace cinco años, el doctor Lmahdi El Hassan fue notificado de su despido por falta grave el 23 de diciembre, durante sus vacaciones. Según él, lo que está en discusión es el informe que envió a Recursos Humanos sobre el comportamiento de una de sus asistentes médicas que se declaraba “intocable” y protegida por su amante, “un parlamentario muy influyente”.

Se habría filmado en compañía de este senador, en su despacho, con los pantalones bajados hasta los tobillos, según las revelaciones de Le Canard Enchaîné. Este vídeo sexual, comunicado al presidente del Senado, Gérard Larcher, serviría al asistente médico como “palanca de presión en caso de posibles dificultades”. ¿Fue castigado el médico por intentar exponer y detener la manipulación de esta mujer? Le Figaro obtuvo la carta que el doctor El Hassan envió este viernes a sus antiguos compañeros del Palacio de Luxemburgo.

Durante los cinco años que trabajó como médico en el Senado, Lmahdi El Hassan afirma “que nunca hubo la más mínima queja o incluso crítica negativa hacia (él)”. Así se enteró con el mayor asombro de su despido durante el periodo navideño. Oficialmente, Recursos Humanos le acusa de servicios externos remunerados y de prescribir un paro laboral al senador Joël Guerriau, acusado de haber drogado a una diputada sin su conocimiento para abusar de ella, lo que habría impedido al Senado obligar a este último a dimitir. Argumentos falaces, según el médico que plantea otra “realidad sobre la causa de su despido”.

En varias ocasiones desde octubre de 2023, el doctor El Hassan ha alertado sobre el hecho de que una de sus asistentes había sido contratada “con una identidad truncada, sobre la base de títulos falsos y con una formación profesional falsa (…) Me parece que ella debería haber sido objeto de un informe al Ministerio Público para denunciar esta gravísima usurpación”, relata en su carta. Además, “había logrado aumentar su salario en más de un 45% en menos de tres años utilizando sus vínculos con dicha autoridad del Senado”. Otras decepciones marcaron su relación laboral con esta asistente: “Ella se permitió ingresar a mi oficina sin mi autorización y por lo tanto tuvo la posibilidad de acceder a los expedientes médicos” de los senadores.

¿La administración mostró “pruebas de negligencia (debidamente recomendadas y respaldadas)” al no actuar siguiendo sus alertas?, se pregunta el doctor El Hassan. Lo cierto es que, según él, esta mujer “se jactaba de tener elementos comprometedores de su amante en Palacio y siempre explicaba que tenía la posibilidad de ‘despedir’ a quien quisiera utilizando sus relaciones privilegiadas con esta autoridad”. Y continúa: “Entendí que al comunicar esta información mi destino estaba sellado, tanto más cuanto que dichos elementos comprometedores existen”.

En su carta, el médico despedido “brutalmente” anunciaba su intención de impugnar esta decisión “abusiva” ante los tribunales. Se aportarán “todas las pruebas de los elementos mencionados” para anular su despido y reclamar una indemnización, asegura. Desilusionada por el giro de los acontecimientos, Lmahdi El Hassan concluye: “La empleada tenía razón: puede despedir a quien quiera”.