El 117º y último vuelo del cohete Ariane 5 despegó del centro espacial de Guayana en Kourou durante la noche del miércoles al jueves, exactamente a la medianoche, después de varios aplazamientos. El despegue fue exitoso. El cohete llevaba consigo un satélite de comunicaciones militar francés (Syracuse 4B) y un satélite experimental alemán.

Este vuelo final llega en un período bajo para Europa en el espacio, casi privado de acceso independiente al espacio en espera del relevo de Ariane 6, mientras la competencia continúa en el mercado de lanzadores dominado por el estadounidense SpaceX. En cuestión: el brutal final de la explotación de los cohetes rusos Soyuz, tras la invasión rusa de Ucrania, que hundió la actividad de la base de Kourou.

Una situación agravada por el fracaso del primer lanzamiento comercial del lanzador ligero italiano Vega C, en diciembre de 2022, y los retrasos acumulados del Ariane 6, cuyo vuelo inaugural se producirá en el mejor de los casos a finales de 2023. Tras el último vuelo 5 de Ariane, sólo quedará en el programa europeo un lanzamiento de Vega en septiembre y una probable vuelta a vuelo de Vega-C a finales de año.