Varios canales de televisión georgianos difundieron el lunes imágenes del expresidente Mikheil Saakashvili que lo muestran muy demacrado durante una audiencia en la corte, lo que aumenta las preocupaciones sobre su estado de salud.
Durante esta audiencia por videoconferencia, Mikheil Saakashvili apareció con el rostro demacrado. Levantándose la camiseta, el exdirigente de 55 años presumió su torso con las costillas expuestas y el estómago hueco, según las imágenes difundidas. Volodymyr Zelensky anunció el lunes expulsar al embajador de Georgia, también ciudadano ucraniano, en protesta. «Le pedí hoy al Ministerio de Relaciones Exteriores que convoque al embajador de Georgia, le notifique nuestra protesta y le pida que abandone Ucrania dentro de las 48 horas para realizar consultas en su capital», escribió el presidente ucraniano en Telegram.
«Se mantiene detenido a un hombre absolutamente inocente», denunció Mikheil Saakashvili, que está siendo juzgado por «abuso de poder», acusación que rechaza. Sus médicos dicen que Mikheil Saakashvili, un hombre que pesaba 115 kilos antes de su arresto, ha perdido unos 60 kilos en prisión y sufre intoxicación por metales pesados, anorexia y caquexia.
Mikheil Saakashvili, que dirigió Georgia de 2004 a 2013, antes de exiliarse durante ocho años en el extranjero, fue detenido a su regreso al país en 2021. Es hoy la principal figura de la oposición al actual Gobierno. Después de una huelga de hambre de 50 días el año pasado, fue hospitalizado y sus raras apariciones públicas en los tribunales revelaron un claro y visible deterioro de su salud. El lunes, a pesar de su creciente delgadez, mostró su combatividad en los tribunales. “Meterme en la cárcel no me romperá. Tomaré parte activa en la política georgiana”, dijo.
Las autoridades georgianas afirman que Mikheil Saakashvili está recibiendo todo el tratamiento médico que necesita en el hospital de la prisión donde aún se encuentra. Pero varios médicos que han examinado a Mikheil Saakashvili en los últimos meses, incluidos especialistas estadounidenses, han expresado su preocupación por el deterioro de su estado de salud. El Consejo de Europa pidió el año pasado la liberación de Mikheil Saakashvili y dijo que lo consideraba un «prisionero político». La ONG Amnistía Internacional describió el trato reservado a Mikheïl Saakashvili como “aparente venganza política”.