Al menos 13 personas han muerto por la ola de calor que azota a Estados Unidos desde hace dos semanas, afectadas además por el deterioro de la calidad del aire vinculado a los incendios forestales en la vecina Canadá, dijeron este viernes las autoridades locales.
Una ola de calor está golpeando con fuerza el sur de Estados Unidos, especialmente Texas y Luisiana, con temperaturas que superan a menudo los 40°C, y en la que los expertos apuntan al papel del calentamiento global.
«Diez residentes de nuestro condado murieron a causa del calor y una undécima persona, que vivía en un distrito vecino pero fue transportada a uno de nuestros hospitales, también murió», dijo el viernes a la AFP un portavoz del condado de Texas de Webb, ubicado en el borde de México. La semana pasada un adolescente había perdido el conocimiento, luego su vida, durante una expedición en el parque natural de Big Bend bajo una temperatura que rozaba los 48 grados centígrados según las autoridades locales. En medio de una ola de calor, una señora de 62 años también fue encontrada muerta en Luisiana en una zona donde una tormenta dejó a miles de familias sin electricidad y por ende sin acceso a aire acondicionado. “Su muerte estuvo relacionada con el calor”, informó el Departamento de Salud del estado de EE. UU.
En México, más de 100 personas murieron entre el 12 y el 25 de junio a causa de una ola de calor extremo que azotó el desierto norte, fronterizo con Estados Unidos, y la capital, la Secretaría (Ministerio) de Salud. En el extremo norte del continente, Canadá todavía enfrentaba megaincendios forestales el viernes que provocaron episodios sin precedentes de contaminación del aire en las principales ciudades de Quebec y Ontario.
El humo de los incendios forestales canadienses continuó su camino más al sur, en el Medio Oeste y en la costa este de Estados Unidos, donde un total de alrededor de 120 millones de personas están experimentando actualmente un episodio de contaminación del aire según las autoridades locales. Este viernes, la calidad del aire en ciudades como Nueva York o Filadelfia fue catalogada como insalubre, según la plataforma gubernamental Airnow, que evalúa la calidad del aire en el país.