Escuchar. No arrugar. Consulta antes de seguir adelante. Este jueves por la noche se organiza en el Elíseo una nueva cena “temática” sobre el final de la vida. Emmanuel Macron recibe a las autoridades religiosas para abordar una vez más el tema tan delicado de la anunciada ley sobre asistencia activa a la muerte. El texto, varias veces aplazado, debería ser revelado a finales de febrero y debatido antes de junio, según las últimas novedades.
La cena reunirá en particular a monseñor Matthieu Rougé, obispo de Nanterre y miembro del Consejo permanente de la Conferencia Episcopal de Francia, a Haïm Korsia, rabino jefe de Francia, al pastor Christian Krieger, presidente de la Federación Protestante de Francia y a Antony Boussemart. , copresidente de la Unión Budista de Francia. El presidente estará acompañado por Catherine Vautrin, ministra de Trabajo, Sanidad y Solidaridad, encargada del expediente. También estará presente Alain Claeys, coautor de la anterior ley sobre el fin de la vida y presidente del Comité Consultivo Nacional de Ética (CCNE), Jean-François Delfraissy.
Alrededor de la mesa, dos cuidadores presentarán dos visiones del apoyo al final de la vida. François Blot, médico intensivista del centro Gustave-Roussy hasta 2020 y hoy jefe de su comité de ética, contará sin duda su evolución a favor de la asistencia activa a la muerte de los pacientes que padecen enfermedades incurables y con sufrimiento refractario. Mientras que un médico responsable de una unidad de cuidados paliativos podrá explicar cómo su servicio apoya a los pacientes hasta los últimos momentos.
Este encuentro se produce un año después de otra cena sobre el mismo tema, en marzo de 2023. Emmanuel Macron habló entonces de un “vértigo ético”. Desde entonces, sus planes se han vuelto más claros. En abril, tras la Convención de Ciudadanos, enumeró ciertas condiciones para el acceso a la asistencia activa a la muerte: tener en cuenta el “análisis del discernimiento” para garantizar una “voluntad libre e informada”, la “reiteración” de la demanda, la “incurabilidad” o “sufrimiento refractario, psicológico y físico, o incluso pronóstico potencialmente mortal”. Este invierno también se filtró una versión intermedia del futuro proyecto de ley, que sugería un texto que legalizaría el suicidio asistido pero también una excepción para la eutanasia.
Sin embargo, se desconocen las últimas decisiones del Presidente de la República. ¿Se los entregará a sus invitados esta noche? ¿Dará más detalles sobre los límites de una ley que promete ser una “ruptura antropológica” temida por muchos cuidadores? Los representantes de las religiones esperan recibir garantías para el desarrollo de los cuidados paliativos.
Las palabras del Presidente de la República son tanto más esperadas cuanto que un malentendido marcó su último encuentro con los líderes religiosos. En enero, durante la tradicional ceremonia de saludo, escucharon al Jefe de Estado anunciar dos textos separados sobre el fin de la vida. Información posteriormente desmentida por el Elíseo.
Tras la presentación de una nueva estrategia decenal sobre cuidados paliativos, cuyo anuncio es inminente, se trata de un texto único que debería proponer un “nuevo modelo francés” para el final de la vida, anunció el entorno del presidente. Queda por ver si el Jefe de Estado confirmará este modus operandi a sus invitados.