Las batas blancas ven rojo. Este jueves, el sindicato de médicos generales (MG Francia) dio un paso al frente contra Medicare, en un comunicado de prensa mordaz. Los profesionales están enzarzados en un forcejeo con las autoridades, que acusan a algunos de proporcionar demasiados paros laborales a sus pacientes. “Empiezan a llover sobre los médicos generales las cartas que amenazan con fijar objetivos para las recetas de asignaciones diarias (MSO)”, denuncia el sindicato, que deplora el “tono amenazador” de las cartas enviadas por Medicare.

En el origen del conflicto están los controles de la tarifa de las dietas que emite cada médico. Estos los lleva a cabo Medicare, que también supervisa las recetas de medicamentos. Gracias a un buen trabajo estadístico, la administración identifica a los médicos cuyas recetas son consideradas anormales, es decir, «aquellos que prescriben de 5 a 10 veces más que la media nacional», explica a Figaro. Los profesionales anclados se exponen a un procedimiento de posible “fijación por objetivos” que les obliga a rebajar y justificar sus paros emitidos, so pena de sanciones pecuniarias de hasta 9000 euros.

Si bien este marco procesal existe desde hace unos diez años, hace unas semanas se lanzó una nueva campaña de control. Sólo 1.000 profesionales, es decir, casi el 2% de los médicos, son destinatarios del Seguro de Salud: se trata de profesionales que prescriben al menos el doble de interrupciones laborales por paciente activo (en edad de trabajar) que sus colegas del mismo territorio, teniendo en cuenta la estructura de la base de pacientes. El 30% de los médicos generales recibirán la visita de un representante de su Caja de Seguro Primario de Salud para orientarlos en sus recetas.

Entre los profesionales, esta campaña no pasa. Médico general en zonas rurales, Florencia * fue inmovilizado hace unos días. «J’ai reçu un appel de la Caisse primaire d’assurance maladie de mon département me disant: “voilà vous êtes un mauvais médecin, vous prescrivez trop d’indemnités journalières, on vous place sous mise sous objectif”», explique-t -ella. Luego recibió una carta certificada, invitándola a explicarse. “Si aceptas la puesta bajo objetivo, se te hace un seguimiento durante tres años, para justificar cada paralización de obra”, subraya quien ya fue objeto de un procedimiento similar hace unos años. “Yo no prescribo abusivamente”, sin embargo asegura el practicante. «Yo consulto en un entorno agrícola, donde las enfermedades de larga duración y los accidentes de trabajo son muy frecuentes», defiende.

Esta vez, Florence no aceptará su establecimiento de metas. Su sindicato, la Federación de Médicos de Francia, alienta a los profesionales a rechazar el control reforzado, al igual que el Sindicato de Médicos Liberales (SML) y MG Francia. Las organizaciones son unánimes en denunciar el proceso. “Es una auténtica cacería de brujas”, advierte Sophie Bauer, presidenta de la SML, antes de argumentar que el reproche dirigido a los médicos es un delito estadístico. “La única falla de estos médicos es alejarse de la curva. La medicina no se trata de estadísticas”, afirma el representante gremial. La misma historia para Agnès Giannotti, presidenta de MG Francia. “Los médicos son atacados directamente, sin diálogo, sin consulta con la profesión”, lamenta. Al igual que Sophie Bauer, le hubiera gustado la «pedagogía» y las «explicaciones» en lugar de las «amenazas».

Los profesionales de la salud también coinciden en el «mal momento» de esta llamada al orden. «La profesión ya está caliente», advierte Sophie Bauer. El examen, a principios de semana, del proyecto de ley de Valletoux revivió el espectro de una regulación de la libertad de instalación de los médicos generales. Estos últimos tampoco tuvieron éxito en su solicitud de aumento de precios. Por lo tanto, la campaña de control de Medicare es vista como otro «golpe de balón» para la profesión. “Sobre todo porque son sobre todo los médicos jóvenes los que están en el punto de mira y vienen a pedirnos ayuda”, añade la presidenta de la SML, que dice estar “preocupada por el futuro”. “Cada vez más médicos de cabecera jóvenes me dicen que se irán a fin de año”, revela.

Por su parte, Medicare destaca que no se trata de una campaña nueva sino de la primera post-Covid, “lo que puede explicar la sorpresa de los médicos”. También destaca los detalles del procedimiento, recordando que al recibir la carta del Seguro de Salud, «los médicos tienen un mes para presentar sus observaciones escritas o solicitar ser oídos», evocando «una fase esencial contradictoria». Así, a la vista de los plazos concedidos, “la fijación de objetivos sólo será efectiva a partir del 1 de septiembre”. No de inmediato, entonces. Según el fondo nacional, los médicos jóvenes no estarían más preocupados que otros por el procedimiento.

“Los médicos somos víctimas de la caza del fraude por parte del Estado, como si fuéramos los defraudadores”, se indigna sin embargo Marcel Garrigou Granchamp, representante sindical de la FMF. El Seguro de Salud no oculta su preocupación por el aumento de las dietas. “En 2022, las dietas supusieron 14.000 millones de euros de gasto para el Estado, excluyendo el Covid. Esto es un 6% más que en 2019”, señala el fondo.

Una dinámica corroborada por las instituciones de previsión que, en un comunicado publicado este jueves, se muestran preocupados por «una deriva estructural de los paros». Los aportes «previdentes», que cubren las necesidades de compensación relacionadas con los paros laborales, aumentaron un 9,3% con respecto al año pasado. «Claro que hay un aumento», admite Agnès Giannotti. “Pero no cambiamos nuestras prácticas de la noche a la mañana. Es la población la que ha cambiado, por la evolución de la sociedad, el envejecimiento de la población, el descenso de la edad de jubilación…”, añade, antes de preguntarse: “¿Es la población a la que se dirige o los médicos? ”

*Nombre cambiado